lunes, 20 de abril de 2009
Gota de cocodrilo, meditando
Este lagarto pequeño y jamaicano madruga como un gallo para croar como una rana mientras mira el amanecer; En el crepúsculo no llega a piar pero silba como un canario dedicando su canto al sol poniente. Un pescador contaba que le llevó en su barco para constatar que también allí repetía el modelo: Por la mañana croaba al sol que nacía desde el este y por la tarde se situaba en tribuna de popa para silbar melódico al que moría por el oeste. Los expertos son, ya se sabe, muy ingenuos y mentirosos, quisieron explicarme el fenómeno reduciéndolo a cuestiones de sexo y territorio , Yo no les creo, pienso más bien que este tipo jaspeado en grises es un poeta delicado; Buenas razones tendrá para lo suyo que los científicos desconocen y Lorca, quizás, adivinaba : "Miras al sol poniente, y tus ojos relucen, ¡oh dragón de las ranas! con un fulgor humano. Las góndolas sin remos de las ideas, cruzan el agua tenebrosa de tus iris quemados".