viernes, 10 de abril de 2009
La selva y Sevilla
La montaña parece inaccesible pero el verde no es inexpugnable. Dave nos conduce hasta el río por un sendero sinuoso, largo y entrecortado para darnos baño helado en poza turquesa con cascada selvática de manual ,me da risa nerviosa verme en un lugar tan objetivamente hermoso y sin explotar, por la noche pescamos gambas con red y linterna, por lo bajo canturreo "The bare necessities" de Baloo, uno de mis clásicos, no se me ocurre nada más apropiado . Siguiéndo el río, llegamos a comunidades bastante organizadas con tiendas mínimas, escuelas y capillas . Es Viernes Santo y se escuchan cantos y profecias que hacen temblar los mangos. En lo profundo del monte, hay un ajetreo de vida ,arañas psicodélicas, flores y frutos desconocidos, lagartos , colibries y muchísima gente, la selva se nos revela doméstica y empezamos a llamarla bosque. En un claro Dave señala la especie para él más exótica que da un fruto amargo pero exquisito en mermelada : "Seville oranges ". No se como llegó este naranjo a las Blue Mountains ni Dave, para quien Seville es sólo un término botánico, entiende por qué repito durante un buen rato el mantra "Seville oranges, Seville oranges " mientras huelo el azahar y pienso en las procesiones.