domingo, 29 de noviembre de 2009

El tigre de Hokusai no es el de Banchs

Hay cosas de diario, como el pan, Shakespeare, las terrazas al sol, el café con leche, Serge Gainsbourg, el amor o los vaqueros. Y hay cosas para de vez en cuando: los zapatos de tacón, las orquideas, Nick Cave, la bruma entre los fiordos, el vodka, los chanquetes o Enrique Banchs.

"Tornasolando el flanco a su sinuoso
paso va el tigre suave como un verso
y la ferocidad pule cual terso
topacio el ojo seco y vigoroso.
Y despereza el músculo alevoso
de los ijares, lánguido y perverso
y se recuesta lento en el disperso
otoño de las hojas. El reposo...
El reposo en la selva silenciosa.
La testa chata entre las garras finas
y el ojo fijo, impávido custodio.
Espía mientras bate con nerviosa
cola el haz de las férulas vecinas,
en reprimido acecho... así es mi odio".
Enrique Banchs. La urna (Buenos Aires .1911)