¡Que vida tan agradable!. Ayer pasé tres hora fotografiando un cepillo de dientes y hoy he dedicado la mañana a la dificil traducción del “Epitafio para un ejercito de mercenarios” de Alfred E. Housman, que me descubrió P.R la otra noche:
These, in the day when heaven was falling,
The hour when earth's foundations fled,
Followed their mercenary calling
and took their wages, and are dead.
Their shoulders held the sky suspended;
They stood, and earth's foundations stay;
They stood, and earth's foundations stay;
What God abandoned, these defended,
And saved the sum of things for pay.
Estos, el día en que se abrieron los cielos
y de la tierra temblaban los cimientos,
Cumplieron su destino mercenario
Cobraron su salario, y están muertos.
sus hombros sostuvieron el cielo en equilibrio,
Y es por su firmeza que la tierra hoy aguanta
Lo que Dios olvidó, estos lo defendieron
y de la tierra temblaban los cimientos,
Cumplieron su destino mercenario
Cobraron su salario, y están muertos.
sus hombros sostuvieron el cielo en equilibrio,
Y es por su firmeza que la tierra hoy aguanta
Lo que Dios olvidó, estos lo defendieron
Y si salvaron todo, fue solo por dinero
A más a más, ¡qué vida tan agradable!, ordeno y pulo la casa, saco del baúl los adornos navideños y las figuritas del nacimiento, clasifico lo inclasificable, tiro medicinas caducadas, mullo el lecho de los tulipanes, cambio alfombras, deambulo en feliz sosiego entre las chimeneas, zurzo goteras, leo a Ninon de Lenclos, sueño con Hortense Fiquet, rio con los perros,bebo gaseosa y sonrio ante los días venideros. No hay nada como Can Dionis en invierno.
Sección mensajes locales, punt informatiu :
Mauricio: deliciosas las naranjas
Adriana: Gracias por avistar el salto de fecha.