viernes, 5 de junio de 2009
Jose Luis Vicario, escultor vivo
Mañana hablaré de Rubens pero hoy es el día de Jose Luis Vicario, a ambos les une el entusiasmo. Jose Luis vive atragantándose de pasión a cada instante, dirige su mirada certera a todo lo que a su alrededor se mueve, recuerda cada luz y cada frase, viaja, habla, impertinentea, sube y baja, aprende de cada faceta de la vida y, pasada la indigestión vital, crea unas obras extrañas que son el resumen cifrado de su avidez y su entusiasmo. Va tan rápido que entre risas llega a la meta cuando los demás van por la primera vuelta , y es por eso que siempre aparece en casilla de salida. Requiere tiempo entender sus juegos privados, sus fuegos de artificio que desestructuran los conflictos freudianos, sus referencias que mezclan la artesanía popular con Brancusi , Fortuny con lo totémico, el sexo con la vanguardia de entreguerras, la cocina vasca con el lujo oriental, unas sabanas de hilo con el arte faraónico, la magia con el perfume, la joyería con la bauhaus, la alta costura con el arte funerario, la amistad con la vida, la noche con cualquier cosa, y nunca el amor con la memoria.