miércoles, 23 de septiembre de 2009

¿De qué hablan las que no nos hablan?

El color de la miel me fascina, no se cuantas veces he fotografiado los puestos de miel con sus trozos de panal y sus veladas transparencias que, Dios sabrá por qué, simbolizan para mi todos los encantos de la felicidad doméstica. El pasado Julio, el primer día de mercado en Pollensa, fotografié de nuevo el puesto de Marta con su miel propia, al mirar las imágenes en el ordenador, me encontré con que el punto de interés, o el punto de fuga, no lo constituían los botes sino unas mujeres al fondo en las que no había reparado in situ. Dos chicas que en ese exacto momento son felices, están relajadas y al aire libre, fuman sin culpa, como en los viejos tiempos, sonrien con complicidad mientras hablan. Creo que son amigas, no parecen familia ni pareja sentimental, comparten casa de vacaciones y el mismo cuarto de baño donde se ponen las pinzas del pelo que probablemente encontraron juntas en un supermercado mientras hacían la compra de la semana. La morena es mayor que la rubia y su biografía es, en lo sentimental, compleja. Creo que es ella la habitual de Mallorca, la postura de su codo indica que se mueve en terreno propio. Quiere y necesita a la rubia, más en el fondo que la rubia a ella. La rubia admira a la morena porque es graciosa, irónica y resuelta pero, aunque parece depender de ella, esto no durará porque la rubia aliña su candor natural con cierta superficialidad de sentimientos, pertenece quizás al arquetipo de la mujer "Alma de paloma" que describía Chejov. La morena es la fuerte, y también la perdedora, pero ahora no piensan en nada de eso, están contentas y hablan de naderías, hace una semana comenzaron las vacaciones, tienen amigos en la isla, por la tarde van a playas de dificil acceso y no llevan toalla, solo gafas de bucear y pareos. En el suelo tienen los capachos de paja llenos de lechugas y pan de payés, después del café pidieron dos botellas de agua para seguir charlando un rato arropadas por el fragor festivo del mercado. Anoche se lavaron el pelo.