domingo, 20 de septiembre de 2009

En el paraiso suena un ritmo interior y lento

"Estar rodeado de papeles que hablan conmigo , es decir, dibujos, bocetos y recuerdos, leer dos actos de Britannicus y sentirme cada vez más asombrado por tal perfección, confiar - no me atrevo a decir estar seguro - en que no vendrán a molestarme, tener un poco de trabajo que hacer, o un montón de trabajo, pero sobre todo, sentirme seguro en mi propia soledad. Es aquí donde reside una forma de felicidad que a menudo me parece más deseable que ninguna otra. Son estos momentos los que disfruto al máximo; No tengo nada urgente, ni nada que me tiente fuera del circulo de mi estudio donde, contento con poco (poco ,quiero decir, de lo que la mayoria de las personas llamaría diversión), pero aspirando a las cosas más grandes mediante la contemplación interior o mirando las obras maestras de todos los tiempos, no me siento aplastado por la carga del tiempo ni aterrado por la velocidad con que este pasa. Tales son los placeres de la mente, una mezcla exquisita de paz y excitación que la pasión física nunca puede dar " Diario de Eugene Delacroix (5 de Octubre 1854)