domingo, 27 de septiembre de 2009

Un episodio de Krishna en Braj II

Me gusta hablar de Krishna pero cuando quiero escribir sobre él, veo que no hay manera. No se darle un tono original y entretenido a los relatos, mezclo el trigo con la paja, no consigo limitarme a episodios aislados o a disquisiciones teóricas, todo lo mezclo y lo embarullo, me lío de la peor manera. Se ve que la afición excesiva al tema me puede. Por superar la tontuna que me aqueja, insisto en intentarlo de nuevo, con riesgo de aburrir a las ovejas o, en este caso, a las ubérrimas vacas de Braj.
Vuelvo pues a la escena de Krishna levantando el monte Govardhan pero esta vez me centraré en las imágenes. El señor del bigotón es Indra, se le puede reconocer por ese citado bigotón que casi siempre le cae en suerte y por el casco dorado al estilo antiguo. Al fondo vemos un bosque, con las clásicas siluetas de los árboles kadamba, autóctonos de Braj; Sus hojas que alternan los tonos verdes con los cobrizos exhalan un raro olor a hierba recien cortada y sus frutos son amarillos. En los perfumados bosques de Vrindavan transcurren casi todas las aventuras musicales y amorosas de Krishna con sus pastoras, las gopis. Estos bucólicos episodios románticos, bastante alocados y convencionalmente amorales, constituyen el corpus central de la teología y el misticismo Krishnaita, se les suele llamar Krishna lila, el juego de Krishna. Por el contrario, la historia de Govardhan que tan importante parece a los estudiosos, resulta poco atractiva a los devotos y es rara vez objeto de meditación, poesía o culto.
En primer plano, atisbamos dos cabezas de pavo real, son el símbolo de Krishna y aluden al amor romántico; también es de pavo real la pluma que adorna su tocado.
En sanscrito,el término Krishna significa negro o azul muy oscuro, es evidente que Krishna era azul y así se le representa. Este color, a menudo atribuido a Shiva está relacionado con la inmortalidad y la supervivencia a venenos de cualquier índole, puede que lo adquiriera cuando luchó y venció en el rio Yamuna a la serpiente Khaliya que emponzoñaba el agua de la que se abastecía el pueblo.
Es raro que en esta imagen Krishna no lleve una flauta como acostumbra pero el ritmo sigue siendo suyo, le delatan los pies en postura de baile que reposan sobre lo que parece un tocón de arbol pero es en realidad la representación esquemática de la flor de loto que se asocia con Vishnu. Por otra parte, y como fórmula habitual, los devotos se arrodillan ante " los pies de loto de Krishna", ya que esta flor simboliza la belleza pura.
A la izquierda de Krishna, está Nanda, el padre putativo, con barba blanca, y más allá, Balarama, su hermano mayor , príncipe como él, en el exilio de Vrindaban. Para muchos hindus, Balarama es también una encarnación de Vishnu aunque siempre inferior a Krishna. Para otros, ocupa un escalón más bajo porque no es el avatar del dios sino de Shesha, la serpiente que le sostiene. Se puede reconocer a Balarama por su fajín de familia idéntico al de Krishna y porque el adorno de su turbante rosado es una cabeza de serpiente.