Ayer encontré al Negro Escipión durmiendo la siesta en la Fundación Mapfre de Madrid, hoy le empaquetarán para que vuelva a su Museo de Sao Paolo. El joven Cezanne todavía era romántico cuando pintaba al modelo de la Academie Suisse, quería pintar como Delacroix y acababa de conocer a Pisarro. Las pinceladas de la espalda son todas sesgadas, gruesas y planas, utiliza un marrón único que matiza, ya seco, con toques de rosa y negro. Monet compró este cuadro a Vollard por 400 francos y lo colgó junto a un Berthe Morisot en su dormitorio de Giverny.
Y hablando de Giverny, enlazo con el concepto jardín y desde el concepto, como es natural, llego a nuestro jardín real y tan querido de Mallorca, hacia donde salgo hoy volando, volando, a las once cuarenta de la mañana para pasar las vacaciones de Navidad junto al torrente, que ya correrá caudaloso, bajo el Puig Tomir, entre las montañas de la sierra de la Tramuntana.