miércoles, 6 de enero de 2010

Oro, incienso y mirra

Los Dulcitos, un camisón de encaje, Cuchifritines y Celias, un collar de perlas orientales, el palomitón, unas gafas Rayban, un tratado de botánica, la Guendalina, todo Shakespeare en inglés Tudor, la cometa, un minivestido azul y rosa, una cabeza etrusca, el Cheminova, la cruz etíope, el emblema del Aiglon, una pluma Montblanc, el twister, un disco de Frank Sinatra, la figurita griega, los juegos reunidos Geyper, los Lalaounis, una moneda de oro, la primera edición de Alicia, las obras completas de Stevenson, el Spirograph, los tomos de Anne Radcliff, Mariquita Perez, un Jack London encuadernado en piel de París, los Legos, las obras de Victoria Colonna, una, dos y tres maletas de Louis Vuitton, Julio Verne en francés, un barco llamado The Mystic grabado por un tal John Kesk en un colmillo de morsa, las jornadas de Blanca de Navarra, Cocolo, unas láminas de nacar con la silueta del Fujiyama, Rudyard Kipling en piel verde de Aguilar, el Monopoly, la rara edición de Baudelaire, una placa con el perfil de la emperatriz Elizabeth, la bici BH, el sello barroco, los cantos pisanos, un reloj de Penhaligon en esmalte de flores, Becassine a la plage, un perfume de rosas, la muñeca paulita que sabía hablar, la pluma de Marcel Proust, un bello Garcilaso, Tonino que pedía su comida, la primera edición de Poeta en Nueva York, el muñeco antiguo en su moisés, los poemas de la Guerra de Miguel Hernandez, la cocinita, el reloj de bolsillo, el bolso de Hermés, La Lírica italiana del XVII, la mezzotinta prerrafaelita, el Salustio en español de Ibarra.