
A mí, el tipo me epató, para estar a su altura, fui transformando mi vida confortable en una espiral de eventos libres y fascinantes; Ya metida en carácter, le conté lo mucho que me gustan los reptiles, esos grandes incomprendidos, siempre he soñado con tener una boa constrictor en casa, decía yo y viendo sus ojos atentos, continuaba, imparable : Los estudios del Dr. Spencer en Columbia, - no se si leiste el artículo que el año pasado publicaron en Science in America -, demostraron que el trato diario con reptiles ayuda a desarrollar las capas más profundas de nuestra afectividad, activando los vinculos neuronales entre la sexualidad y las emociones primarias. Esto dije, más ancha que larga, porque una es muy limitada y nunca sabe cómo hacerse la interesante.
Adolfo es un hombre con recursos y con un amigo que tiene un terrarium. Al día siguiente llamaron a la puerta y allí estaba, el amigo de Adolfo, dos paquetes de pienso y una boa constrictor a la que llamaban Esmeralda, todo mío, gran regalo, ”Para la mujer que ha sabido cumplir todos sus sueños menos uno”, decía la tarjeta. Cualquiera rechaza un sueño.