lunes, 12 de octubre de 2009
Ojos, goznes, resquicios, llaves y aldabones
Se que una puerta se ha cerrado pero no se si me quedé dentro o si estoy fuera. Hay muchos ojos de cerradura y yo tengo un manojo de llaves en el cinturón, son mi orgullo y tintinean a mi paso pero temo que no encuentren aquí su hueco exacto y tenga que llamar a un herrero. Y, si el herrero estuviera al otro lado de la puerta, ¿querría abrir a quien solo es una voz lastimera y un sospechoso sonido de llaves ajenas?. ¿Y si olvido las llaves y confío en los aldabones?.