viernes, 13 de noviembre de 2009

Arte en La Vera

Un día en La Vera extremeña con amigos, buscábamos terreno para construir una casa y encontramos espliego, jaras, retamas, romero y robles, en un paisaje que se difuminaba con las cumbres de Gredos. En los brazos, membrillos y limones robados de un bancal cercano, eramos carritos alegres de perfumes antiguos. Una mole naranja y casi bélica, herrumbrosa, surgió de improviso entre los matorrales y el cielo, sobre ella, una escalera rosada apuntaba al infinito. Y yo mandé desde allí un beso agradecido a Duchamp; a Beuys, más formal, le dediqué una sonrisa que pretendía ser inteligente. Gracias señores, gracias por este object trouvé tan impecable. Si la idea fue vuestra, que lo fue, el gusto, en este caso, es todo mío.