sábado, 5 de diciembre de 2009
Historias de Filadelfia
A las diez y media de la mañana, la nieve, jony, la niebla y yo, caíamos sobre Filadelfia. Ellas venían del cielo, nosotros llegábamos en el tren 194 de Amstrad desde la estación de Pensilvania, Nueva York, para nuestra cita de las once en la Barnes Foundation. Aunque el frío me arropaba bastante, yo iba nerviosa.