Te felicito,
Porque tu alma es grande y abierta como el cielo y los océanos.
Porque eres inaprensible y ligero como una torre de vilanos,
Por tu mirada azul que nunca cumplió los quince años.
Porque eres inescrutable, transparente y oscuro,
Porque no te jactas, ni mientes, ni de nada presumes,
Por tus sueños inmutables y por tu sobrenatural limpieza.
Porque eres excéntrico y apasionado, pero tranquilamente,
Porque hasta que demuestras lo contrario pareces muy sensato,
Por tu biblioteca y tus agendas, por tus cuadernos de hule.
Porque tus rutinas son inexorables y porque no conoces la pereza,
Porque eres oblicuo y orgulloso, paciente y generoso,
Por tu voluntad y por la fuerza contenida de tus manos.
Porque respondes ¡voy! cuando te llamo desde lejos,
Porque me dejas caer y levantarme sin ayuda,
Por la música que te precede y por el aroma de tus armarios.
Porque eres elegante y libre, digno y delicado,
Porque vuelves cada noche, me acaricias y me acunas,
Por ser siempre tú, sin que otro quepa.
Porque nadie consiguió nunca que le quisieran tanto,
Porque hoy, catorce de Enero es tu cumpleaños,
Te felicito.
Y te digo también que cuando recito para mis adentros El pí de Formentor de Costa i Llobera, me emociono hasta el llanto porque se que hablo de ti:
Mon cor estima un arbre! Més vell que l’olivera,
Més poderós que el roure, més verd que el taronger,
Conserva de ses fulles l’eterna primavera,
i lluita amb les ventades que atupen la ribera,
com un gegant guerrer.