viernes, 5 de marzo de 2010
Molly Brown siempre a flote
Con titubeos, nerviosa y en periodo de prueba vuelvo a bloguear a ritmo lento, pero no aquí. Me voy con la musica a otra parte, y estaré muy agradecida y contenta si recibo visitas y seguidores en slowcezanne.blogspot.com.
jueves, 28 de enero de 2010
Un día más puede ser el último
Empecé este blog hace un año y no le he fallado un solo día. Creo que he sido en él honesta, esto es lo que hay y lo que soy.
Tengo mucho que agradecerle.
Ha consolidado mi voluntad de ritmo lento.
Me ha ayudado a conocerme y a comprenderme.
Me ha dado seguridad y alas.
Ha sido un espacio grato de disciplina, reflexión y sosiego.
Ha cambiado con suavidad mi vida.
Hoy, a ritmo lento, me tomo vacaciones blogueras hasta el 5 de Marzo. Volveré pero será distinto, tocaré otros palos. Ilusionada, infantil como siempre, y voluntariosa, me enfrentaré a un proyecto nuevo que espero pueda sacar adelante.
Parlarem.
Y cierro este ciclo como cierro los ojos cada noche, dando gracias a Dios.
Tengo mucho que agradecerle.
Ha consolidado mi voluntad de ritmo lento.
Me ha ayudado a conocerme y a comprenderme.
Me ha dado seguridad y alas.
Ha sido un espacio grato de disciplina, reflexión y sosiego.
Ha cambiado con suavidad mi vida.
Hoy, a ritmo lento, me tomo vacaciones blogueras hasta el 5 de Marzo. Volveré pero será distinto, tocaré otros palos. Ilusionada, infantil como siempre, y voluntariosa, me enfrentaré a un proyecto nuevo que espero pueda sacar adelante.
Parlarem.
Y cierro este ciclo como cierro los ojos cada noche, dando gracias a Dios.
miércoles, 27 de enero de 2010
El síndrome del retorno
En Madrid con aguanieve y jaqueca, fue duro dejar la gruta de la sibilla y los bollitos de ricotta.
Mauricio publica en su fotodiario una vista del jardín desde su ventana del Molinet, Anunciada me habla de nieves más blancas que las nuestras, Marina abre su nuevo blog Slow desde Estambul, mi tía Marta silba el sonido del Atlantico desde su terraza de San juan de Luz, Ramón dice que camina feliz y con sombrero bajo la lluvia fina de Londres, el profesor se levanta tarde en Barcelona, Cristina canta en Argentina, Blanca recita un verso perfecto en La Coruña, llama Elena desde Sevilla, Adriana desde Formentor.
¡Que árduos son siempre mis retornos!. Estos días en los que solo querría estar en otra parte.
Mauricio publica en su fotodiario una vista del jardín desde su ventana del Molinet, Anunciada me habla de nieves más blancas que las nuestras, Marina abre su nuevo blog Slow desde Estambul, mi tía Marta silba el sonido del Atlantico desde su terraza de San juan de Luz, Ramón dice que camina feliz y con sombrero bajo la lluvia fina de Londres, el profesor se levanta tarde en Barcelona, Cristina canta en Argentina, Blanca recita un verso perfecto en La Coruña, llama Elena desde Sevilla, Adriana desde Formentor.
¡Que árduos son siempre mis retornos!. Estos días en los que solo querría estar en otra parte.
martes, 26 de enero de 2010
Ciao, bella .
Cerca de la plaza Dante, entre la Via Toledo y la de Santa María de Costantinopoli, Dafna encontró esta pensión, sinopsis, gran titular.
Podría comentar pero creo que de lo que no se puede hablar, lo mejor es callarse. Como también diría Wittgenstein: Una proposición sólo puede decir cómo es una cosa, pero no qué es ella.
Nápoles sobrepasa el lenguaje.
Podría comentar pero creo que de lo que no se puede hablar, lo mejor es callarse. Como también diría Wittgenstein: Una proposición sólo puede decir cómo es una cosa, pero no qué es ella.
Nápoles sobrepasa el lenguaje.
lunes, 25 de enero de 2010
Una tierra tan viva como la historia
Es peligroso transitar por estos caminos en lo oscuro, porque aquí el suelo está vivo, se mueve y respira con el latido del corazón de fuego del universo que en este lugar, como en ningún otro, está a flor de piel o a ras de corteza.
Empiezo a comprender por qué, como la tierra que habitan, los napolitanos llevan el corazón en la mano, su talante es de fuego, son impredecibles, desconfiados y eruptivos. Esta gente se mueve entre solfataras, seismos y volcanes. ¿Qué puede sorprender, quien puede legislar o engañar a los que crecen sabiendo que ni siquiera pueden confiar en la tierra que pisan ?.
Los campos flegreos son un laberinto de fuentes termales, crateres, chorros de azufre y ruinas de treinta siglos. Abruma la historia mientras llegamos a Cuma, la acrópolis frente al mar en la montaña. Hay un camino que bordea las colinas pero los nobles preferían tomar la cripta subterranea que les unía con Baia; todavía se oye el galopar de los caballos entre columnas de piedra cuyos perfiles se difuminan en un polvo blanco y antiguo. Y es que corren, como entonces, los caballos con sus carros en la playa.
Bajo el templo de Apolo, se entra en la gruta de las sibilas cumanas; la última de ellas, decadencia del vaticinio, vendió sus libros proféticos a Tarquino el soberbio. El emperador, asustado, los enterró en un arca de piedra debajo del capitolio, bajo la custodia de dos patricios. Dicen que los libros y los fantasmas de sus fieles guardianes, permanecerán enterrados mientras su contenido aún nos concierna.
Donde hoy se dan cardos fumarolas y cañas tenía Cicerón su villa de verano, entre los juncos se ocultaba la tumba de la trágica Agripina y, en un jardín deleitoso estuvo la de Hadriano. Pero esta tierra sube, baja, se inunda, se incendia, traga, escupe y todo lo esconde.
Ruinas de anfiteatros, columbarios, termas, templos, palacios de cesares y túmulos, se suceden en estos campos en llamas. Sobre cenizas y entre piedras volcánicas crecen las leyendas y también los cultivos más sabrosos, los mejores tomates y lechugas de Italia son frutos de los campos flegreos.
Al fondo, ya en el mar, se recorta el castillo de Pedro de Toledo que custodia la bahía. Para llegar a él tendríamos que cruzar el lago Averno pero, aún hoy, no hay barca ni barquero - solo Caronte- para estas aguas que fueron, según Virgilio, la puerta irrevocable del infierno.
Empiezo a comprender por qué, como la tierra que habitan, los napolitanos llevan el corazón en la mano, su talante es de fuego, son impredecibles, desconfiados y eruptivos. Esta gente se mueve entre solfataras, seismos y volcanes. ¿Qué puede sorprender, quien puede legislar o engañar a los que crecen sabiendo que ni siquiera pueden confiar en la tierra que pisan ?.
Los campos flegreos son un laberinto de fuentes termales, crateres, chorros de azufre y ruinas de treinta siglos. Abruma la historia mientras llegamos a Cuma, la acrópolis frente al mar en la montaña. Hay un camino que bordea las colinas pero los nobles preferían tomar la cripta subterranea que les unía con Baia; todavía se oye el galopar de los caballos entre columnas de piedra cuyos perfiles se difuminan en un polvo blanco y antiguo. Y es que corren, como entonces, los caballos con sus carros en la playa.
Bajo el templo de Apolo, se entra en la gruta de las sibilas cumanas; la última de ellas, decadencia del vaticinio, vendió sus libros proféticos a Tarquino el soberbio. El emperador, asustado, los enterró en un arca de piedra debajo del capitolio, bajo la custodia de dos patricios. Dicen que los libros y los fantasmas de sus fieles guardianes, permanecerán enterrados mientras su contenido aún nos concierna.
Donde hoy se dan cardos fumarolas y cañas tenía Cicerón su villa de verano, entre los juncos se ocultaba la tumba de la trágica Agripina y, en un jardín deleitoso estuvo la de Hadriano. Pero esta tierra sube, baja, se inunda, se incendia, traga, escupe y todo lo esconde.
Ruinas de anfiteatros, columbarios, termas, templos, palacios de cesares y túmulos, se suceden en estos campos en llamas. Sobre cenizas y entre piedras volcánicas crecen las leyendas y también los cultivos más sabrosos, los mejores tomates y lechugas de Italia son frutos de los campos flegreos.
Al fondo, ya en el mar, se recorta el castillo de Pedro de Toledo que custodia la bahía. Para llegar a él tendríamos que cruzar el lago Averno pero, aún hoy, no hay barca ni barquero - solo Caronte- para estas aguas que fueron, según Virgilio, la puerta irrevocable del infierno.
domingo, 24 de enero de 2010
sábado, 23 de enero de 2010
Noi siamo cosmopoliti
Con el entusiasmo se precipitan los acontecimientos y las relaciones adoptan nuevos ritmos. El viajero es una esponja confiada que por todo se interesa, tiene ojos en los dedos, y se abre de alma a la mínima provocación: la sombra de una estátua en los adoquines, el mendigo dormido en un banco barroco, el estuco masacrado, la chocolatéría fragante y recoleta.
El jueves conocimos a Clelia que es delicada y amable, tiene dos hijos y cultiva aceite en Lucania, cerca de Matera; Ayer, viernes, fue Clelia quien nos presentó a Ryan, un artista de Nueva York que pinta en Nápoles cuadros grandes de niñas que chorrean tristeza y colores orgánicos. Hoy, a través de Ryan conocemos a Fabia, su novia berlinesa, que habla despacio, diseña ropa de hombre y tiene un anillo antiguo de corales; y a Gerald, su padre, que escribió un libro con Andrés Segovia y casi muere en Toulouse hace dos años.
Ryan, suelo de roble, contraventanas antiguas de pino, vive en un estudio amplio y desordenado en el segundo piso de un palazzo grandioso del barrio dei vergine. Es obra de Ferdinando Sanfelice, arquitectos napolitano del XVIII, quien fue muy famoso en su tiempo, se especializó en arquitecturas efímeras para fiestas reales y en escaleras excentricas, como esta doble por la que subimos mientras suena un trombón, o la del vecino palazzo dello espagnolo con cinco vanos y cinco cúpulas en cada uno de sus cinco pisos.
La familia Sanfelice vivió, me cuenta Ryan, en este palacio. Debieron ser días de esplendor y belleza a estrenar, otra belleza. Para la capilla privada encargaron a Giuseppe San Martino una madonna de marmol que desapareció durante la ocupación francesa .Y recuerdo aquí el Cristo rococó, yacente y velado de San Martino en la capilla de San Severo, y recuerdo, azul, gris y amarillo, la exquisita cenefa que alguien pintó sobre el suelo de barro.
El jueves conocimos a Clelia que es delicada y amable, tiene dos hijos y cultiva aceite en Lucania, cerca de Matera; Ayer, viernes, fue Clelia quien nos presentó a Ryan, un artista de Nueva York que pinta en Nápoles cuadros grandes de niñas que chorrean tristeza y colores orgánicos. Hoy, a través de Ryan conocemos a Fabia, su novia berlinesa, que habla despacio, diseña ropa de hombre y tiene un anillo antiguo de corales; y a Gerald, su padre, que escribió un libro con Andrés Segovia y casi muere en Toulouse hace dos años.
Ryan, suelo de roble, contraventanas antiguas de pino, vive en un estudio amplio y desordenado en el segundo piso de un palazzo grandioso del barrio dei vergine. Es obra de Ferdinando Sanfelice, arquitectos napolitano del XVIII, quien fue muy famoso en su tiempo, se especializó en arquitecturas efímeras para fiestas reales y en escaleras excentricas, como esta doble por la que subimos mientras suena un trombón, o la del vecino palazzo dello espagnolo con cinco vanos y cinco cúpulas en cada uno de sus cinco pisos.
La familia Sanfelice vivió, me cuenta Ryan, en este palacio. Debieron ser días de esplendor y belleza a estrenar, otra belleza. Para la capilla privada encargaron a Giuseppe San Martino una madonna de marmol que desapareció durante la ocupación francesa .Y recuerdo aquí el Cristo rococó, yacente y velado de San Martino en la capilla de San Severo, y recuerdo, azul, gris y amarillo, la exquisita cenefa que alguien pintó sobre el suelo de barro.
viernes, 22 de enero de 2010
La ciudad en invierno
Solo conocía Nápoles en Verano. Nadie en Enero tiende ropa en las calles, nadie saca las sillas a la acera. En invierno la ciudad no huele, no humea, no suena, parece casi vacía, casi callada, casi quieta. Se revela al viajero con cautela, en portalones abigarrados por negocios insólitos, en cerámica Justiniana, en callejones pavimentados de piedra volcánica, en palacios arruinados, en escaleras barrocas, en museos polvorientos, Vai, Vai, Vai. Los napolitanos esperan que el catorce de Octubre empiece un mundo nuevo, sin camorra, mientras toman bombones de Gandhuja y hablan de futbol, de política y de arte, del volcán y de vino, del mar y del pasado. En la via de Chiaia se reunen los Cavalieri de le nuove porte para defender la artesanía y la belleza, un joven desencantado toca la guitarra despacito en la riviera mientras atardece a la antigua en Partenope. El cocinero me sugiere pasta hortelana, Totó abraza a Eduardo di Filipo desde una foto grande en blanco y negro. Todo aquí está fuera de escala, no hay verdades que no sean contradicciones, y yo quiero huir de Capo di Monti con Ludovico Gonzaga de Mantegna bajo el brazo.
jueves, 21 de enero de 2010
Hoy viajamos a Nápoles
"Este viaje maravilloso no responde al deseo de formarme falsas ideas sobre mí mismo, sino al de conocerme mejor. Cuando llegué aquí, no aspiraba a nada. Y ahora sólo persigo que nada siga siendo para mí un mero nombre, una simple palabra. Quiero ver y descubrir con mis propios ojos todo aquello que se considera bello, grandioso y venerable". Goethe
miércoles, 20 de enero de 2010
martes, 19 de enero de 2010
Efemérides
Aprendí en Las leyes de Manu que la mejor manera de controlar las pasiones es ordenarlas en listas. Desde entonces, y por ver si me sosiego y entiendo, todo lo enlisto, hasta mis chicos favoritos, que son cien, con una sublista de la primera docena, en la que el último puesto es, por definición, itinerante.
No quiero decir que sean doce los hombres que más admiro, los doce mejores o los más guapos, no necesariamente, pero, qué se le va a hacer, son los míos, family plot, mis debilidades.
Sería ideal que cada uno de ellos hubiera nacido en un mes del año y yo pudiera celebrar sus aniversarios con mimo y tiempo. Pero, como diría Shakespeare: Aunque las ideas lleguen una tras otra, la realidad se apelotona.
Ninguno de ellos nació en Febrero ni en Marzo, pero el dos de abril nace en París con aguacero, Serge Gainsbourg ; el día cuatro Robert Downey llega con berrinche a Nueva York; En un Nueva York sin cinematógrafo, nació también, tras largo parto Henry James, era el quince de Abril, y Stafford on Avon, pudo ser el día veinte o el veinticuatro, se iluminó para siempre en Abril con William Shakespeare.
En Mayo y Junio me tumbo a la bartola, el seis de Julio nace en Madrid con fuegos artificiales Jon Sinaka y en Agosto no se ve un alma.
El veintiuno de Septiembre es de Leonard Cohen en Montreal, nadie en Octubre. Noviembre con sus brumas es sólo de Robert Louis Stevenson quien nace con delicadeza un trece y Martes en Edimburgo.
El treinta de Diciembre nació en Bombay Rudyard Kipling, aquél día cazaron un tigre. Enero lo estrena Jesús Huarte cuando nace en Pamplona el día catorce; le sigue Paul Cézanne en Aix en Provence, el diecinueve. Lewis Carrol llega tartamudeante al mundo, en Cheshire un veintisiete y Ernest Lubitsch da un toque maestro a Berlín el día veintiocho.
En Abril y en Enero no doy abasto, y reflexiono: no es cosa de convertir este blog en un registro de efemérides a modo de calendario diocesano. Es por eso que aprovecho el cumpleaños de Cezanne para desde aquí y con amor, recordarles a todos .
No quiero decir que sean doce los hombres que más admiro, los doce mejores o los más guapos, no necesariamente, pero, qué se le va a hacer, son los míos, family plot, mis debilidades.
Sería ideal que cada uno de ellos hubiera nacido en un mes del año y yo pudiera celebrar sus aniversarios con mimo y tiempo. Pero, como diría Shakespeare: Aunque las ideas lleguen una tras otra, la realidad se apelotona.
Ninguno de ellos nació en Febrero ni en Marzo, pero el dos de abril nace en París con aguacero, Serge Gainsbourg ; el día cuatro Robert Downey llega con berrinche a Nueva York; En un Nueva York sin cinematógrafo, nació también, tras largo parto Henry James, era el quince de Abril, y Stafford on Avon, pudo ser el día veinte o el veinticuatro, se iluminó para siempre en Abril con William Shakespeare.
En Mayo y Junio me tumbo a la bartola, el seis de Julio nace en Madrid con fuegos artificiales Jon Sinaka y en Agosto no se ve un alma.
El veintiuno de Septiembre es de Leonard Cohen en Montreal, nadie en Octubre. Noviembre con sus brumas es sólo de Robert Louis Stevenson quien nace con delicadeza un trece y Martes en Edimburgo.
El treinta de Diciembre nació en Bombay Rudyard Kipling, aquél día cazaron un tigre. Enero lo estrena Jesús Huarte cuando nace en Pamplona el día catorce; le sigue Paul Cézanne en Aix en Provence, el diecinueve. Lewis Carrol llega tartamudeante al mundo, en Cheshire un veintisiete y Ernest Lubitsch da un toque maestro a Berlín el día veintiocho.
En Abril y en Enero no doy abasto, y reflexiono: no es cosa de convertir este blog en un registro de efemérides a modo de calendario diocesano. Es por eso que aprovecho el cumpleaños de Cezanne para desde aquí y con amor, recordarles a todos .
lunes, 18 de enero de 2010
Fragilidad
Un conejo, un tigre, un perro, un corzo, un elefante, un mono, un gato y un camello.
En una aldea próxima a Cochín, en Kerala, cuando mi hijo tenía tres o cuatro años, compré para él una colección de ocho animalitos policromados que me empaquetaron con esmero en una caja de cartón rellena de serrín, que envolvieron con papel de estraza.
Al llegar a Mallorca y a pesar del cuidado, nos encontramos con que al conejo se le había roto una oreja, al tigre una pata, al elefante la trompa y al perro el rabo. Las figuras parecían hechas de un barro fino y estaban rellenas de virutas de papel, eran muy frágiles.
Comprendimos que no podríamos jugar con los animales y tras pegar atentamente los miembros descoyuntados, alineamos las figuras en un estante junto a unos diminutos músicos de cartón de Bombay.
Por la humedad o a golpes de plumero, siempre que regresábamos de vacaciones a Mallorca encontrábamos alguna figurita rota, y las queríamos tanto que volvíamos a pegarlas, solo para que ocuparan de nuevo su estante, mimando hasta el sigilo su fragilidad.
Un verano, las vimos ya tan mutiladas, desconchadas, irrecuperables y tristes que decidimos retirarlas y las guardamos en una bolsa dentro del baúl de doña Adriana. Ayer, años después, abrí el baúl, me puse práctica y decidí, al fín, tirarlas. Tuve un último gesto poético: ya que son indias, que no acaben en la basura, que mueran con honor en la pira; las tiré a la estufa de leña encendida y cerré la portezuela de hierro.
Esta mañana, al ir a retirar la ceniza del día anterior, me he encontrado las figuritas, rotas como ayer pero ante el fuego, intactas. Es verdad que, por sus heridas de la edad han perdido todo el relleno, pero el barro y sus formas se mantienen e incluso sobreviven desvaidos restos de color.
Y de aquí, que a las nueve de la mañana, me viniera un pensar en el asunto este de la fragilidad del ser, es preciso temblar porque rara vez sabemos qué va a ser nuestro fuego y qué nuestro plumero. O quién.
En una aldea próxima a Cochín, en Kerala, cuando mi hijo tenía tres o cuatro años, compré para él una colección de ocho animalitos policromados que me empaquetaron con esmero en una caja de cartón rellena de serrín, que envolvieron con papel de estraza.
Al llegar a Mallorca y a pesar del cuidado, nos encontramos con que al conejo se le había roto una oreja, al tigre una pata, al elefante la trompa y al perro el rabo. Las figuras parecían hechas de un barro fino y estaban rellenas de virutas de papel, eran muy frágiles.
Comprendimos que no podríamos jugar con los animales y tras pegar atentamente los miembros descoyuntados, alineamos las figuras en un estante junto a unos diminutos músicos de cartón de Bombay.
Por la humedad o a golpes de plumero, siempre que regresábamos de vacaciones a Mallorca encontrábamos alguna figurita rota, y las queríamos tanto que volvíamos a pegarlas, solo para que ocuparan de nuevo su estante, mimando hasta el sigilo su fragilidad.
Un verano, las vimos ya tan mutiladas, desconchadas, irrecuperables y tristes que decidimos retirarlas y las guardamos en una bolsa dentro del baúl de doña Adriana. Ayer, años después, abrí el baúl, me puse práctica y decidí, al fín, tirarlas. Tuve un último gesto poético: ya que son indias, que no acaben en la basura, que mueran con honor en la pira; las tiré a la estufa de leña encendida y cerré la portezuela de hierro.
Esta mañana, al ir a retirar la ceniza del día anterior, me he encontrado las figuritas, rotas como ayer pero ante el fuego, intactas. Es verdad que, por sus heridas de la edad han perdido todo el relleno, pero el barro y sus formas se mantienen e incluso sobreviven desvaidos restos de color.
Y de aquí, que a las nueve de la mañana, me viniera un pensar en el asunto este de la fragilidad del ser, es preciso temblar porque rara vez sabemos qué va a ser nuestro fuego y qué nuestro plumero. O quién.
domingo, 17 de enero de 2010
Ilícito es el sueño
"Cuando de noche el corazón del cielo es un vergel, el mundo entero se queda inmóvil como mi corazón". Yalal ad-Din Muhammad Rumi
sábado, 16 de enero de 2010
la revelación de la belleza
"En los albores del siglo XX se yergue, en Occidente, la figura singular con quien, a través de los siglos, los grandes maestros de las dinastías Song ( siglos XI - XIII) y Yuan (Siglo XIV) vendrían gustosos a conversar. Innegablemente, la obra de Cézanne es la que más se aproxima a la gran vía del paisaje en China. Tiene suficiente envergadura para ser el lugar de encuentro en que ambas tradiciones pueden reconocerse y fecundarse, en la perspectiva de una renovación común. Pues, en Occidente, el cubismo no explotó más que una parte superficial de toda la riqueza que contiene la obra de Cézanne". François Cheng (Cinco meditaciones sobre la belleza)
viernes, 15 de enero de 2010
La rosa de la Martinica I
Decían que ni los más viejos recordaban un verano tan cálido como el de mis catorce años. A finales de Julio llegó el viento de Levante y durante siete días aquello fue el infierno, los pájaros caían muertos en la carretera y mi amiga Mari Pepa tuvo que ir al médico porque se había quemado las manos al tratar de agarrarse a mediodía a la escalerilla metálica de la piscina.
No ibamos a la playa, los hermanos pasaban el día durmiendo y riéndose con sus amigos en las hamacas que habían colgado entre las acacias.
Aquel verano yo vivía en el sofá verde de la galería, los almohadones de terciopelo rellenos de plumas estaban fríos y cuando dejaban de estarlo les daba la vuelta, era como tener aire acondicionado. Las persianas de madera se dejaban entornadas y Hadisha regaba los azulejos del suelo cada rato.
Hielo, Coca Colas y la caja de lata de las rosquillas en la mesita de marmol, yo iba a cumplir catorce años en Septiembre y pasé todo aquel verano sola y leyendo sin parar en la fresca penumbra del sofá, tan a gusto.
El criterio para elegir entre los libros de la biblioteca no era muy riguroso, pedía que el nombre me gustara, que el final no fuera demasiado triste y que no tuviera muchas páginas de guerra, si había amor y besos, mejor, pero no era imprescindible.
Así cayó en mis manos Désirée de Anne Marie Selinko.
El libro, de unas setecientas páginas, pretende ser el diario íntimo de Desiree Clary, la primera novia de Napoleón, mujer de Bernadotte y por tanto reina de Suecia y fundadora de la dinastía todavía reinante. La novela fue a mi sofá lo que Georgie Dann a los chiringuitos de playa, se convirtió en el centro magnético de mi vida y mis pensamientos, me hipnotizaba la rocambolesca pero verídica trama, reflexioné con el escepticismo payés de Laetitia Bonaparte y lo que este implicaba, sufrí los amorosos achares y me creí vestida por la suave belleza de las sedas de Lyon. En general, me entregué a Napoleón, su personalidad y su tiempo, pero sobre todo, como al parecer le ocurrió a la Desiree histórica y desde luego a la literaria, caí rendida ante los imperecederos encantos de Marie-Joseph-Rose de Tascher de La Pagerie, más conocida como Josephine Beauharnais, Josephine Bonaparte, la emperatriz Josephine o La rosa de la Martinica, la mujer que, aquel verano, iba a cambiar mi vida .
jueves, 14 de enero de 2010
Mahatma de Pamplona
Te felicito,
Porque tu alma es grande y abierta como el cielo y los océanos.
Porque eres inaprensible y ligero como una torre de vilanos,
Por tu mirada azul que nunca cumplió los quince años.
Porque eres inescrutable, transparente y oscuro,
Porque no te jactas, ni mientes, ni de nada presumes,
Por tus sueños inmutables y por tu sobrenatural limpieza.
Porque eres excéntrico y apasionado, pero tranquilamente,
Porque hasta que demuestras lo contrario pareces muy sensato,
Por tu biblioteca y tus agendas, por tus cuadernos de hule.
Porque tus rutinas son inexorables y porque no conoces la pereza,
Porque eres oblicuo y orgulloso, paciente y generoso,
Por tu voluntad y por la fuerza contenida de tus manos.
Porque respondes ¡voy! cuando te llamo desde lejos,
Porque me dejas caer y levantarme sin ayuda,
Por la música que te precede y por el aroma de tus armarios.
Porque eres elegante y libre, digno y delicado,
Porque vuelves cada noche, me acaricias y me acunas,
Por ser siempre tú, sin que otro quepa.
Porque nadie consiguió nunca que le quisieran tanto,
Porque hoy, catorce de Enero es tu cumpleaños,
Te felicito.
Y te digo también que cuando recito para mis adentros El pí de Formentor de Costa i Llobera, me emociono hasta el llanto porque se que hablo de ti:
Mon cor estima un arbre! Més vell que l’olivera,
Més poderós que el roure, més verd que el taronger,
Conserva de ses fulles l’eterna primavera,
i lluita amb les ventades que atupen la ribera,
com un gegant guerrer.
Porque tu alma es grande y abierta como el cielo y los océanos.
Porque eres inaprensible y ligero como una torre de vilanos,
Por tu mirada azul que nunca cumplió los quince años.
Porque eres inescrutable, transparente y oscuro,
Porque no te jactas, ni mientes, ni de nada presumes,
Por tus sueños inmutables y por tu sobrenatural limpieza.
Porque eres excéntrico y apasionado, pero tranquilamente,
Porque hasta que demuestras lo contrario pareces muy sensato,
Por tu biblioteca y tus agendas, por tus cuadernos de hule.
Porque tus rutinas son inexorables y porque no conoces la pereza,
Porque eres oblicuo y orgulloso, paciente y generoso,
Por tu voluntad y por la fuerza contenida de tus manos.
Porque respondes ¡voy! cuando te llamo desde lejos,
Porque me dejas caer y levantarme sin ayuda,
Por la música que te precede y por el aroma de tus armarios.
Porque eres elegante y libre, digno y delicado,
Porque vuelves cada noche, me acaricias y me acunas,
Por ser siempre tú, sin que otro quepa.
Porque nadie consiguió nunca que le quisieran tanto,
Porque hoy, catorce de Enero es tu cumpleaños,
Te felicito.
Y te digo también que cuando recito para mis adentros El pí de Formentor de Costa i Llobera, me emociono hasta el llanto porque se que hablo de ti:
Mon cor estima un arbre! Més vell que l’olivera,
Més poderós que el roure, més verd que el taronger,
Conserva de ses fulles l’eterna primavera,
i lluita amb les ventades que atupen la ribera,
com un gegant guerrer.
miércoles, 13 de enero de 2010
La fuerza del espíritu II
Después de un mes con parte metereológico centroeuropeo, hoy ha salido un sol tranquilo que anuncia las que aquí llaman "Calmas de Enero". Aprovechando la bonanza, ocupé la mañana en podar los rosales y por la tarde me fui a merendar con Magdalena, la madre de Margalida, por lo de la casa de la palmera.
Ya ha cumplido los sesenta, le sobran kilos y enviudó el pasado abril, pero Magdalena no se rinde y sigue siendo el faro que alumbra el pueblo. Pasado, presente o por venir, lo que ella no sepa de Pollensa es que no ha ocurrido.
La luz, a trávés de las cortinas bordadas de lino de la salita, bailaba sinuosa sobre las baldosas hidráulicas del suelo que ya de por sí hacían aguas en rojo intenso y al iluminarse se convertían en lentos remolinos de sangre y fuego.
Nosotras tomábamos un chocolate caliente con coca de patata muy espolvoreada de azucar y Magdalena no arrancaba a hablar del "Espíritu llorón" porque prefería que le pusiera yo al tanto de los últimos chismes de Formentor, o detallara mis impresiones sobre el nuevo novio artista de una amiga recientemente separada; gasté mis energías intentando inutilmente ser discreta y di por perdido el tema que allí me había traido. Cuando la luz ya no era tal y las baldosas eran solo baldosas, me despedí para volver a casa. Estabamos en el zaguán junto al portón cuando Magdalena se volvió hacia una consolita dorada bastante cursi en la que tenía las llaves, un cuenco con monedas sueltas y un librito que me dió con sorna : "Ya se que venías por lo de la Casa de la Palmera pero aquí está muy bien explicado y, con la de cosas que teníamos por hablar, no merecía la pena que perdieramos el tiempo en esto, si tienes alguna duda me llamas". Una profesional.
Tengo en las manos el librito, es un opúsculo de 63 páginas escrito por Tomeu Rotger - nada que ver con el Mossen- y editado por él mismo en Pollensa en 1952. Se titula "La palmera y el pozo, una historia de amor y de desdicha". Lamento que por su deterioro y poca resolución, no pueda reproducir aquí la foto en blanco y negro que ilustra la portada, en ella se aparecen dos tumbas contiguas en lo que supongo es el cementerio del pueblo; Se pueden leer las inscripciones de las lápidas:
Catalina Vives Ripoll 7/2/1905 - 21/6/1921 . Tu familia te recordará siempre.
Martín Ferragut Cerdá 9/10/1903 - 21/6/1921. Nunca te olvidaremos.
Ya ha cumplido los sesenta, le sobran kilos y enviudó el pasado abril, pero Magdalena no se rinde y sigue siendo el faro que alumbra el pueblo. Pasado, presente o por venir, lo que ella no sepa de Pollensa es que no ha ocurrido.
La luz, a trávés de las cortinas bordadas de lino de la salita, bailaba sinuosa sobre las baldosas hidráulicas del suelo que ya de por sí hacían aguas en rojo intenso y al iluminarse se convertían en lentos remolinos de sangre y fuego.
Nosotras tomábamos un chocolate caliente con coca de patata muy espolvoreada de azucar y Magdalena no arrancaba a hablar del "Espíritu llorón" porque prefería que le pusiera yo al tanto de los últimos chismes de Formentor, o detallara mis impresiones sobre el nuevo novio artista de una amiga recientemente separada; gasté mis energías intentando inutilmente ser discreta y di por perdido el tema que allí me había traido. Cuando la luz ya no era tal y las baldosas eran solo baldosas, me despedí para volver a casa. Estabamos en el zaguán junto al portón cuando Magdalena se volvió hacia una consolita dorada bastante cursi en la que tenía las llaves, un cuenco con monedas sueltas y un librito que me dió con sorna : "Ya se que venías por lo de la Casa de la Palmera pero aquí está muy bien explicado y, con la de cosas que teníamos por hablar, no merecía la pena que perdieramos el tiempo en esto, si tienes alguna duda me llamas". Una profesional.
Tengo en las manos el librito, es un opúsculo de 63 páginas escrito por Tomeu Rotger - nada que ver con el Mossen- y editado por él mismo en Pollensa en 1952. Se titula "La palmera y el pozo, una historia de amor y de desdicha". Lamento que por su deterioro y poca resolución, no pueda reproducir aquí la foto en blanco y negro que ilustra la portada, en ella se aparecen dos tumbas contiguas en lo que supongo es el cementerio del pueblo; Se pueden leer las inscripciones de las lápidas:
Catalina Vives Ripoll 7/2/1905 - 21/6/1921 . Tu familia te recordará siempre.
Martín Ferragut Cerdá 9/10/1903 - 21/6/1921. Nunca te olvidaremos.
martes, 12 de enero de 2010
Cuando la tristeza quiera gotear por los caminos
"Los años arrugan la piel, pero renunciar al entusiasmo arruga el alma". Albert Schweitzer (en Ma vie et ma pensee que recuperó gentilmente Adriana)
lunes, 11 de enero de 2010
Adios a los veranos
Arielle Dombasle era demasiado, yo soy más de Beatrice Romand y sobre todo de Marie Riviere, Delphine en El Rayo verde, aquella morenita cargada de buenas intenciones que hacía la vida imposible a los otros sin querer y paseaba su vaga desgracia y su vergonzante soledad por idílicos senderos de Agosto en el sur de francia, con fondo musical de chicharras y bicicletas.
Si Ritchmal Crompton me hizo conocer y amar la Inglaterra profunda - gracias a Guillermo Brown nada en ella me sorprende -, fue Eric Rohmer - nombre falso, como el mío - quien me aficionó a esos veranos a la Francesa que, por él, busco y añoro como propios. Se también por Rohmer que el rasero con el que se miden los paises no debe situarse en sus extremos sino en sus clases medias, y que la vida e incluso la conversación o el amor, puede ser interesante aunque no sea aparatosa. Rohmer, sin alharacas, defendió el canón femenino de la belleza interior y no incidió en la guerra de los sexos sino en los conflictos íntimos del individuo. Tenía un excelente gusto musical y artístico, era elegante, culto y empático, su sentido del humor era sutil y duradero.
Si, como debe ser, descontamos a los indiferentes, creo que hay dos tipos de personas: los que adoran a Rohmer y los que le detestan. Yo pertenezco al primer grupo.
" Una por una, mis películas son más criticables, digamos desiguales, que en conjunto. Se sostienen las unas a las otras y ganan cuando están juntas. Me gusta que mis películas se vuelvan a ver como se vuelve a leer un libro, están hechas para eso, es la parte de escritor que hay en mí ". Eric rohmer
Si Ritchmal Crompton me hizo conocer y amar la Inglaterra profunda - gracias a Guillermo Brown nada en ella me sorprende -, fue Eric Rohmer - nombre falso, como el mío - quien me aficionó a esos veranos a la Francesa que, por él, busco y añoro como propios. Se también por Rohmer que el rasero con el que se miden los paises no debe situarse en sus extremos sino en sus clases medias, y que la vida e incluso la conversación o el amor, puede ser interesante aunque no sea aparatosa. Rohmer, sin alharacas, defendió el canón femenino de la belleza interior y no incidió en la guerra de los sexos sino en los conflictos íntimos del individuo. Tenía un excelente gusto musical y artístico, era elegante, culto y empático, su sentido del humor era sutil y duradero.
Si, como debe ser, descontamos a los indiferentes, creo que hay dos tipos de personas: los que adoran a Rohmer y los que le detestan. Yo pertenezco al primer grupo.
" Una por una, mis películas son más criticables, digamos desiguales, que en conjunto. Se sostienen las unas a las otras y ganan cuando están juntas. Me gusta que mis películas se vuelvan a ver como se vuelve a leer un libro, están hechas para eso, es la parte de escritor que hay en mí ". Eric rohmer
domingo, 10 de enero de 2010
Ametles, polls i figueres, aladerns i garrovers, uiastres pins i noguers, romani, murta i pruneres
"Juanet, no em mates ara,
deixa’m viure un poquet més,
que ara vénen ses cireres
i jo tenc dos cirerers"
Canción popular mallorquina
Gracias a la iniciativa de Slow Food, con la colaboración de Monserrat Pons, cultivadora de higueras, y de los viveros Llabrés, productores de frutales desde 1895, Mallorca está recuperando su biodiversidad y los mallorquines, nativos o adoptados, los sabores antiguos que la gaita del mercado global estaba aniquilando. Ya nos han repartido los arbolitos que pedimos el año pasado dentro de la campaña "Fruiters d'un temps"- frutales de antaño - y aprovechando que hoy no llueve, los hemos plantado bordeando la huerta: dos ciruelos de fraile, dos ciruelos de fresa, dos cerezos tardíos, dos manzanos rojos de San Pere, dos higueras de cuello de dama y dos perales tempranos de agua. También he plantado una codonya y un nesplá que de tan autóctonos que son no se sinceramente qué fruta darán; esperaré, con paciencia, como siempre en la huerta, a que me sorprendan.
deixa’m viure un poquet més,
que ara vénen ses cireres
i jo tenc dos cirerers"
Canción popular mallorquina
Gracias a la iniciativa de Slow Food, con la colaboración de Monserrat Pons, cultivadora de higueras, y de los viveros Llabrés, productores de frutales desde 1895, Mallorca está recuperando su biodiversidad y los mallorquines, nativos o adoptados, los sabores antiguos que la gaita del mercado global estaba aniquilando. Ya nos han repartido los arbolitos que pedimos el año pasado dentro de la campaña "Fruiters d'un temps"- frutales de antaño - y aprovechando que hoy no llueve, los hemos plantado bordeando la huerta: dos ciruelos de fraile, dos ciruelos de fresa, dos cerezos tardíos, dos manzanos rojos de San Pere, dos higueras de cuello de dama y dos perales tempranos de agua. También he plantado una codonya y un nesplá que de tan autóctonos que son no se sinceramente qué fruta darán; esperaré, con paciencia, como siempre en la huerta, a que me sorprendan.
sábado, 9 de enero de 2010
La emoción desnuda
"Más te valdría renunciar a esta intención agotadora e ingrata de explicar el arte mediante el lenguaje". Gao Xingjian
viernes, 8 de enero de 2010
Every woman of true royalty
La princesa en la torre leía La tierra secreta de Robert Graves :
Toda mujer de verdadera alcurnia posee
una tierra secreta más real para ella
que este pálido mundo exterior:
A media noche cuando la casa está silenciosa
deja a un lado aguja o libro
y la visita en secreto.
Cerrando sus ojos, improvisa
un portón de cinco barras entre altos abedules,
salta por encima y toma posesión.
Luego corre, o vuela, o monta un caballo
(un caballo llega al trote a saludarla)
y viaja donde ella quiere;
Puede hacer crecer la hierba, incita a los lirios
a pasar de capullo a flor mientras ella mira,
deja que los peces coman de su mano.
Ha fundado ciudades, plantado arboledas
y bendecido valles con arroyos que corren
frescos a una bahía cerrada.
Nunca me atreví a interrogar a mi amada
acerca del gobierno de su reino
o su geografía,
tampoco la seguí entre esos álamos,
a horcajadas sobre el portón,
espiando en la niebla.
Pero me prometió, para cuando yo muera,
un refugio bajo su palacio privado
en un claro del bosque
donde crezcan las gencianas y los alhelies
y podamos a veces encontrarnos.
jueves, 7 de enero de 2010
Mi amado, las montañas
Se han ido y estoy sola. Me muevo a gusto envuelta en un silencio untuoso y grato que resuena en mi pecho y me vuelca hacia unos adentros con eco. Leo en la cama hasta tarde, me levanto sin prisa, paseo bajo la lluvia para ver las cascadas, hago tonterías, leo el Salustio, pierdo el tiempo, sigue lloviendo. Como en una bandeja en la chimenea, me duermo con "Saber y Ganar". Voy quitando con mimo la navidad de este año y la guardo en la cómoda azul, nada hay más inocuamente triste que un abeto con sus adornos después del siete de enero. Guardo las frágiles neulas blancas en una bolsa de tela roja, en un cajón de mi armario, el año que viene me costará dar con ellas. Debajo de la pata de una mesa encuentro los Contes du pays des reves de Charles Nodier, es una edición muy cuidada de 1952 que incluye un grabado de las prisiones de Piranesi. El libro, aparte de otras virtudes, se ve que tenía el grosor adecuado y ha pasado las vacaciones en el comedor como alza provisional; antes de devolverlo a su estante lo abro a boleo: Moraleja: todo es como en casa, dijo tristemente el rey. No se quien sería ese rey ni me importa, al principio del cuento le he visto de conversación con su mulo mientras ambos compartían un banquete en el comedor de palacio. No estoy para Nodier, prefiero a Juan de la Cruz: ...los valles solitarios nemorosos, las ínsulas extrañas, los ríos sonorosos, el silbo de los aires amorosos, la noche sosegada en pos de los levantes de la aurora, la música callada, la soledad sonora... mejor, mucho mejor. Me salto lo de la cena que recrea y enamora porque he tenido un día de ensaladas y sepia, ¡si se entera Pitagoras que me tiene prohibida la sepia!, ha sido cosa de Margarita. Ensimismada y ya tarde, agarro mi cámara y empiezo a fotografiar compulsivamente la nada, mi mesa, la escalera, mis manos, un rincón del baño. Todo se me hace bodegón cargado de contenido. Me acuesto a las doce con un Cola Cao y las cartas de Zenobia Camprubí, tan alegre y tan triste, tan enamorada, tan delicada, tan moderna, tan lista y tan cosmopolita, con ese marido tan poeta pero tan egoista, tan depresivo y tan plomo. Me duermo con Zenobia, y sueño cuentos de hadas de Madame d'Aulnoy, no se por qué se empeñaría el principe en rescatar a la princesa de la torre, yo creo que ella estaba allí tan contenta, semicantando, como Juan Ramón en su viaje de novios, a su ritmo y entretenida con sus cosas.
miércoles, 6 de enero de 2010
Oro, incienso y mirra
Los Dulcitos, un camisón de encaje, Cuchifritines y Celias, un collar de perlas orientales, el palomitón, unas gafas Rayban, un tratado de botánica, la Guendalina, todo Shakespeare en inglés Tudor, la cometa, un minivestido azul y rosa, una cabeza etrusca, el Cheminova, la cruz etíope, el emblema del Aiglon, una pluma Montblanc, el twister, un disco de Frank Sinatra, la figurita griega, los juegos reunidos Geyper, los Lalaounis, una moneda de oro, la primera edición de Alicia, las obras completas de Stevenson, el Spirograph, los tomos de Anne Radcliff, Mariquita Perez, un Jack London encuadernado en piel de París, los Legos, las obras de Victoria Colonna, una, dos y tres maletas de Louis Vuitton, Julio Verne en francés, un barco llamado The Mystic grabado por un tal John Kesk en un colmillo de morsa, las jornadas de Blanca de Navarra, Cocolo, unas láminas de nacar con la silueta del Fujiyama, Rudyard Kipling en piel verde de Aguilar, el Monopoly, la rara edición de Baudelaire, una placa con el perfil de la emperatriz Elizabeth, la bici BH, el sello barroco, los cantos pisanos, un reloj de Penhaligon en esmalte de flores, Becassine a la plage, un perfume de rosas, la muñeca paulita que sabía hablar, la pluma de Marcel Proust, un bello Garcilaso, Tonino que pedía su comida, la primera edición de Poeta en Nueva York, el muñeco antiguo en su moisés, los poemas de la Guerra de Miguel Hernandez, la cocinita, el reloj de bolsillo, el bolso de Hermés, La Lírica italiana del XVII, la mezzotinta prerrafaelita, el Salustio en español de Ibarra.
martes, 5 de enero de 2010
Y asombra su corazón de música y de pena
“La música es la llave del alma humana, el instrumento más potente del que dipone el hombre para alcanzar la iluminación. “. Platón
lunes, 4 de enero de 2010
La vida plácida del valle
No me canso de los paseos ni de la lluvia y ya he dejado dicho que si me pierdo me busquen en Giorgione. Porque él, antes que Poussin, le puso puertas al campo para gozar así al entreabrirlas a su antojo. El astuto Roger Fry llegó al meollo de la estrategia y a eso se refería cuando dijo: Manet les había indicado el camino, había descubierto que una bacanal es un picnic. Fry no ignoraba que Cezanne pintaba el desenfreno de picnics y bacanales incorporeos bajo la coartada de sus inocentes cuerpos convexos.
domingo, 3 de enero de 2010
Tan natural
A mí la palabra "excursión" me puede, es oirla y ya estoy en la puerta con mochila, termo y quesitos de la Vaca que rie. Ayer, a unos incautos se les escapó de la boca en mi presencia y a la media hora se encontraban, sin saber como, trepando por el camino de Lluch que tanto me gusta. En verano es encantador y deleitoso pero en Invierno, menos familiar, me parece magnífico. Es humedo, salvaje y frío, huele a descomposición vegetal y a viento marino que se apresura a guarecerse en el monte. Gotean los árboles, y los guijarros del camino, por haber sufrido vendavales y torrenteras, se mueven y traquetrean a nuestro paso, hay ramas rotas y muchas ovejas desconcertadas con sus jerseys de colegial de posguerra bajo la lluvia. Desde lo alto de la meseta del Tomir se divisa la bahía, el mar y un cielo esférico que aparecía a un tiempo nítido y tormentoso. Un cielo que invitaba al vuelo y al revuelo, a la exaltación y a la plegaria. Al llegar a casa, rebosante de salud y entusiasmo andarín, bebí despacio un té negro y largo de Tetleys (800.000 ingleses lo beben cada día) en la taza que me regalaron los escoceses, mientras escuchaba a Jose Luis Gomez, tan natural como impecable, recitar el Cielo del Diario de un poeta recién casado, y lo sentí más mío que de Juan Ramón Jimenez :
Te tenía olvidado,
cielo, y no eras
más que un vago existir de luz,
visto - sin nombre -
por mis cansados ojos indolentes.
Y aparecías, entre las palabras
perezosas y desesperanzadas del viajero,
como en breves lagunas repetidas
de un paisaje de agua visto en sueños...
Hoy te he mirado lentamente,
y te has ido elevando hasta tu nombre .
P.S : Hojeo virtualmente el blog y veo que inserto muchos cielos y doy mucho las gracias. Aunque mi reputación, si es que alguna vez la tuve, se resienta, no me retracto sino que insisto y lo hago de nuevo: Cielo al canto y muchas gracias.
Te tenía olvidado,
cielo, y no eras
más que un vago existir de luz,
visto - sin nombre -
por mis cansados ojos indolentes.
Y aparecías, entre las palabras
perezosas y desesperanzadas del viajero,
como en breves lagunas repetidas
de un paisaje de agua visto en sueños...
Hoy te he mirado lentamente,
y te has ido elevando hasta tu nombre .
P.S : Hojeo virtualmente el blog y veo que inserto muchos cielos y doy mucho las gracias. Aunque mi reputación, si es que alguna vez la tuve, se resienta, no me retracto sino que insisto y lo hago de nuevo: Cielo al canto y muchas gracias.
sábado, 2 de enero de 2010
La fuerza del espíritu
No entres por este portón los días de lluvia, ni se te ocurra adormilarte a la sombra de sus sombras, porque vivirías en la tristeza para siempre. Todos en el pueblo saben que la casa de la palmera tiene un fantasma en el pozo, le llamán "El espíritu llorón".
En el puente del primero de Mayo de 2007, tuve la oportunidad y suerte de coincidir con Christopher Chapman, el experto británico en fenómenos paranormales, cuando eramos ambos huespedes de fín de semana en la casa de Yorkshire de Catherine Lucas, gran amiga mía y prima suya. Durante un paseo en bote por el pequeño lago de los rododendros, le narré los hechos y su leyenda, él se interesó de inmediato y tras consultar la bibliografía pertinente, me comentó, unas semanas más tarde via email, que había encontrado un único caso comparable y ya era historia, ocurrió al parecer en la posada de Kaizu, una aldea del sur del Japón en el siglo XVIII y el fenómeno sólo se desvaneció cuando en 1871, tras venderlo, tiraron el edificio y su patio para levantar una moderna casa de té. A principios del siglo XX , con el negocio boyante y durante un invierno especialmente lluvioso, el dueño de la casa de Té de la Peonía perfumada, escribió en su diario que ocurría algo extraordinario en los grifos de los establos. Los estudiosos alertados en su momento, no descartaron que se debiera a secuelas de fuerzas metafísicas que impregnaban el lugar y que, revueltas por circunstancias extraordinarias, pudieran salir ocasionalmente a la luz . Esto generó en 1917 una investigación y posterior ponencia en la Universidad de Colchester sobre el tema :"Espíritus latentes y sus manifestaciones residuales en las casas de campo inglesas", la cual quedó registrada en una separata que según apuntaba Chapman, podría ser muy útil en el estudio del caso que yo le había presentado.
La vida es compleja y yo no soy una profesional de la rareza, de modo que entre viajes, trabajo, lecturas, penas y entretenimiento, olvidé la casa Pollensina y olvidé responder el email que tan amablemente me había enviado Chapman; el fantasma no era al fín y al cabo de mi familia y, poco educada como soy, dí el caso por zanjado.
Ayer sin embargo recibí una felicitación navideña de Catherine en la que me comunica muy cariñosa que Charlie, los niños y ella, pasarán unos días en Mallorca la próxima Semana Santa y añade "Christopher vendrá con nosotros y está muy interesado en visitar contigo la casa de la palmera".
Hace tiempo que no pensaba en la casa y su espíritu, pero me debo a la amistad y el asunto puede además convertirse en un divertimento vacacional si ocurre que, como es habitual, llueve en esas fechas. Mañana, sacaré tiempo para visitar la redacción del "Punt informatiu", el periódico quincenal local, en busca de relatos adicionales, y quizás Margalida Lluis, a través de su madre que en tiempos fue cronista del pueblo, pueda enriquecer la historia; imprimiré también las páginas de la Historia de Pollensa de Mossen Rotger en las que se mencionan los hechos.
En el puente del primero de Mayo de 2007, tuve la oportunidad y suerte de coincidir con Christopher Chapman, el experto británico en fenómenos paranormales, cuando eramos ambos huespedes de fín de semana en la casa de Yorkshire de Catherine Lucas, gran amiga mía y prima suya. Durante un paseo en bote por el pequeño lago de los rododendros, le narré los hechos y su leyenda, él se interesó de inmediato y tras consultar la bibliografía pertinente, me comentó, unas semanas más tarde via email, que había encontrado un único caso comparable y ya era historia, ocurrió al parecer en la posada de Kaizu, una aldea del sur del Japón en el siglo XVIII y el fenómeno sólo se desvaneció cuando en 1871, tras venderlo, tiraron el edificio y su patio para levantar una moderna casa de té. A principios del siglo XX , con el negocio boyante y durante un invierno especialmente lluvioso, el dueño de la casa de Té de la Peonía perfumada, escribió en su diario que ocurría algo extraordinario en los grifos de los establos. Los estudiosos alertados en su momento, no descartaron que se debiera a secuelas de fuerzas metafísicas que impregnaban el lugar y que, revueltas por circunstancias extraordinarias, pudieran salir ocasionalmente a la luz . Esto generó en 1917 una investigación y posterior ponencia en la Universidad de Colchester sobre el tema :"Espíritus latentes y sus manifestaciones residuales en las casas de campo inglesas", la cual quedó registrada en una separata que según apuntaba Chapman, podría ser muy útil en el estudio del caso que yo le había presentado.
La vida es compleja y yo no soy una profesional de la rareza, de modo que entre viajes, trabajo, lecturas, penas y entretenimiento, olvidé la casa Pollensina y olvidé responder el email que tan amablemente me había enviado Chapman; el fantasma no era al fín y al cabo de mi familia y, poco educada como soy, dí el caso por zanjado.
Ayer sin embargo recibí una felicitación navideña de Catherine en la que me comunica muy cariñosa que Charlie, los niños y ella, pasarán unos días en Mallorca la próxima Semana Santa y añade "Christopher vendrá con nosotros y está muy interesado en visitar contigo la casa de la palmera".
Hace tiempo que no pensaba en la casa y su espíritu, pero me debo a la amistad y el asunto puede además convertirse en un divertimento vacacional si ocurre que, como es habitual, llueve en esas fechas. Mañana, sacaré tiempo para visitar la redacción del "Punt informatiu", el periódico quincenal local, en busca de relatos adicionales, y quizás Margalida Lluis, a través de su madre que en tiempos fue cronista del pueblo, pueda enriquecer la historia; imprimiré también las páginas de la Historia de Pollensa de Mossen Rotger en las que se mencionan los hechos.
viernes, 1 de enero de 2010
Uno de Enero, luna llena y planes
.- Comprar una clepsidra para tratar con confianza al tiempo.
.- Callar cuando no sepa si estoy en mis cabales.
.- Ponerme zapatos de tacón dos días a la semana.
.- No aprender a conformarme.
.- Ser amistosa con Madrid pero distante.
.- Ser buena y cariñosa, agradecida, generosa y amable.
.- No pasarme de lista.
.- Celebrar mi cumpleaños con Cezanne y la primavera en Italia.
.- Ser extranjera.
.- Callar cuando no sepa si estoy en mis cabales.
.- Ponerme zapatos de tacón dos días a la semana.
.- No aprender a conformarme.
.- Ser amistosa con Madrid pero distante.
.- Ser buena y cariñosa, agradecida, generosa y amable.
.- No pasarme de lista.
.- Celebrar mi cumpleaños con Cezanne y la primavera en Italia.
.- Ser extranjera.
jueves, 31 de diciembre de 2009
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