"Cuando se viaja por Judea, de pronto un profundo hastío se apodera del corazón; pero cuando, al pasar de soledad en soledad, el espacio se extiende sin límites delante de uno, poco a poco el hastío se disipa, se siente un terror secreto que, lejos de abatir el alma, infunde valor y eleva el espíritu. Unas características extraordinarias descubren por todas partes una tierra marcada por los milagros. El mismo Dios habló en estas orillas: los torrentes secos, las peñas hendidas, las tumbas entreabiertas, atestiguan el prodigio: el desierto parece aún mudo de terror, y se diría que no se ha atrevido a romper el silencio desde que oyó la voz del Eterno". François René de Chateaubriand
miércoles, 30 de septiembre de 2009
martes, 29 de septiembre de 2009
El verano de las oropéndolas
"El siete de Junio dejé el convento para pasar las vacaciones en Combourg con mis primos de la Billiardiere, que no estaban hechos para la melancolía y, en mi estado de ánimo, a la abuela le parecieron muy convenientes. Mi padre permanecía embarcado, creía tal vez que la muerte de mamá solo sería irrevocable cuando él llegara a tierra y pisara la de su tumba. Una tarde de lluvia me escondí en la biblioteca para empezar a leer el Cyrus de Madeleine de Sandery. Iba ya por el capítulo quinto cuando entre los terciopelos antiguos y las sombras de la tarde vislumbré una figura muy pequeña acurrucada en el banco de piedra junto a la ventana, no se había percatado de mi presencia porque estaba inmersa en la lectura de "Sobre la vida de perfección" de San Buenaventura. Sentí que yo era la intrusa, me levanté apurada para marcharme y en mi precipitación deje caer el libro. Ella alzó la mirada de unos ojos extrañamente violetas bajo cejas masculinas y me preguntó: ¿A qué dedica usted más tiempo, a la compasión o a la plegaria?. Así conocí a nuestra Pauline, Mademoiselle de la Guerande, que estaba destinada a cambiar mi vida " Madame de Beaumont c'est moi.
lunes, 28 de septiembre de 2009
Un tiempo para sembrar y un tiempo para recoger
Dicen que mañana lloverá. La tierra áspera del callejón de Serrano lo necesita. Hoy, entre los liriopes de la semana pasada, he plantado muchos bulbos : 25 allium sphaerocephalon, es decir, ajos con cabezuelas redondas y granates que florecerán en Abril; 25 muscaris armenios que bambolearán en Marzo sus racimos de campanillas moradas; y 15 anémonas de Caén multicolores que prometen el esplendor del verano. He añadido un saco de humus y un cubo de tierra esponjosa y negra. Justicia Jardinera.
domingo, 27 de septiembre de 2009
Un episodio de Krishna en Braj II
Me gusta hablar de Krishna pero cuando quiero escribir sobre él, veo que no hay manera. No se darle un tono original y entretenido a los relatos, mezclo el trigo con la paja, no consigo limitarme a episodios aislados o a disquisiciones teóricas, todo lo mezclo y lo embarullo, me lío de la peor manera. Se ve que la afición excesiva al tema me puede. Por superar la tontuna que me aqueja, insisto en intentarlo de nuevo, con riesgo de aburrir a las ovejas o, en este caso, a las ubérrimas vacas de Braj.
Vuelvo pues a la escena de Krishna levantando el monte Govardhan pero esta vez me centraré en las imágenes. El señor del bigotón es Indra, se le puede reconocer por ese citado bigotón que casi siempre le cae en suerte y por el casco dorado al estilo antiguo. Al fondo vemos un bosque, con las clásicas siluetas de los árboles kadamba, autóctonos de Braj; Sus hojas que alternan los tonos verdes con los cobrizos exhalan un raro olor a hierba recien cortada y sus frutos son amarillos. En los perfumados bosques de Vrindavan transcurren casi todas las aventuras musicales y amorosas de Krishna con sus pastoras, las gopis. Estos bucólicos episodios románticos, bastante alocados y convencionalmente amorales, constituyen el corpus central de la teología y el misticismo Krishnaita, se les suele llamar Krishna lila, el juego de Krishna. Por el contrario, la historia de Govardhan que tan importante parece a los estudiosos, resulta poco atractiva a los devotos y es rara vez objeto de meditación, poesía o culto.
En primer plano, atisbamos dos cabezas de pavo real, son el símbolo de Krishna y aluden al amor romántico; también es de pavo real la pluma que adorna su tocado.
En sanscrito,el término Krishna significa negro o azul muy oscuro, es evidente que Krishna era azul y así se le representa. Este color, a menudo atribuido a Shiva está relacionado con la inmortalidad y la supervivencia a venenos de cualquier índole, puede que lo adquiriera cuando luchó y venció en el rio Yamuna a la serpiente Khaliya que emponzoñaba el agua de la que se abastecía el pueblo.
Es raro que en esta imagen Krishna no lleve una flauta como acostumbra pero el ritmo sigue siendo suyo, le delatan los pies en postura de baile que reposan sobre lo que parece un tocón de arbol pero es en realidad la representación esquemática de la flor de loto que se asocia con Vishnu. Por otra parte, y como fórmula habitual, los devotos se arrodillan ante " los pies de loto de Krishna", ya que esta flor simboliza la belleza pura.
A la izquierda de Krishna, está Nanda, el padre putativo, con barba blanca, y más allá, Balarama, su hermano mayor , príncipe como él, en el exilio de Vrindaban. Para muchos hindus, Balarama es también una encarnación de Vishnu aunque siempre inferior a Krishna. Para otros, ocupa un escalón más bajo porque no es el avatar del dios sino de Shesha, la serpiente que le sostiene. Se puede reconocer a Balarama por su fajín de familia idéntico al de Krishna y porque el adorno de su turbante rosado es una cabeza de serpiente.
Vuelvo pues a la escena de Krishna levantando el monte Govardhan pero esta vez me centraré en las imágenes. El señor del bigotón es Indra, se le puede reconocer por ese citado bigotón que casi siempre le cae en suerte y por el casco dorado al estilo antiguo. Al fondo vemos un bosque, con las clásicas siluetas de los árboles kadamba, autóctonos de Braj; Sus hojas que alternan los tonos verdes con los cobrizos exhalan un raro olor a hierba recien cortada y sus frutos son amarillos. En los perfumados bosques de Vrindavan transcurren casi todas las aventuras musicales y amorosas de Krishna con sus pastoras, las gopis. Estos bucólicos episodios románticos, bastante alocados y convencionalmente amorales, constituyen el corpus central de la teología y el misticismo Krishnaita, se les suele llamar Krishna lila, el juego de Krishna. Por el contrario, la historia de Govardhan que tan importante parece a los estudiosos, resulta poco atractiva a los devotos y es rara vez objeto de meditación, poesía o culto.
En primer plano, atisbamos dos cabezas de pavo real, son el símbolo de Krishna y aluden al amor romántico; también es de pavo real la pluma que adorna su tocado.
En sanscrito,el término Krishna significa negro o azul muy oscuro, es evidente que Krishna era azul y así se le representa. Este color, a menudo atribuido a Shiva está relacionado con la inmortalidad y la supervivencia a venenos de cualquier índole, puede que lo adquiriera cuando luchó y venció en el rio Yamuna a la serpiente Khaliya que emponzoñaba el agua de la que se abastecía el pueblo.
Es raro que en esta imagen Krishna no lleve una flauta como acostumbra pero el ritmo sigue siendo suyo, le delatan los pies en postura de baile que reposan sobre lo que parece un tocón de arbol pero es en realidad la representación esquemática de la flor de loto que se asocia con Vishnu. Por otra parte, y como fórmula habitual, los devotos se arrodillan ante " los pies de loto de Krishna", ya que esta flor simboliza la belleza pura.
A la izquierda de Krishna, está Nanda, el padre putativo, con barba blanca, y más allá, Balarama, su hermano mayor , príncipe como él, en el exilio de Vrindaban. Para muchos hindus, Balarama es también una encarnación de Vishnu aunque siempre inferior a Krishna. Para otros, ocupa un escalón más bajo porque no es el avatar del dios sino de Shesha, la serpiente que le sostiene. Se puede reconocer a Balarama por su fajín de familia idéntico al de Krishna y porque el adorno de su turbante rosado es una cabeza de serpiente.
sábado, 26 de septiembre de 2009
Un episodio de Krishna en Braj I
Es dificil que un occidental comprenda las complejidades del panteón hindú, las coordenadas de una tradición de la que no se puede fijar el comienzo y que campea sin iglesia ni dogmas en un subcontinente de mil millones de habitantes. Cómo entender una religión que ni siquiera se define como tal y que engloba a individuos y grupos de creencias dispares y a menudo contradictorias. Para que un europeo pueda interpretar sin frivolidad la imaginería religiosa o épica del hinduismo, y gozar de ella, sería imprescindible que centrara durante un tiempo su atención en el estudio de las fuentes y de una iconografía que, barroca desde sus inicios, presenta claves, estructuras, arquetipos, realidades, leyendas y códigos narrativos que desconocemos y a menudo, por ajenos, nos escandalizan, desagradan o asustan.
La pinturita que en este caso comento, ilustra un momento crucial en la evolución del hinduismo : Krishna levantando el monte Govardhan.
Krishna, encarnación en la tierra del Dios Vishnu y a la vez heredero legítimo del trono de Mathura, vive su infancia y adolescencia en Vrindavan, aldea de la Comarca de Braj, donde le creen hijo biológico de Nanda y Yasoda, quienes, como casi todos por allí, pastorean bellas vacas blancas abufaladas que producen la mejor leche y mantequilla del norte de la India.
Todos los años, los campesinos y pastores de la zona acudían al monte Govardhan para ofrecer sacrificios y frutos a Indra, dios del trueno y de la lluvia, pidiéndole así que les fuera propicio. Este año, Krishna ha cumplido diez años y se rebela frente a la tradición, cuando ve que comienzan de nuevo los rituales, convoca al pueblo y le arenga : Dejad ya tanto acto inútil, sois granjeros y cuidais vacas , no perdais el tiempo en sacrificios y ofrendas vanas, esforzaos más bien en cumplir con vuestro deber que es trabajar para proteger e incrementar las cosechas y el ganado.Todo ser humano debe actuar con corrección en aquello que le corresponde, y son las acciones adecuadas, no los sacrificios ni las peticiones a los dioses que dominan los elementos, las que os beneficiarán en esta vida y en vuestro camino de salvación. Los pastores escuchan a Krishna y, enardecidos cancelan la ofrenda, puja, anual, despertando así la ira de Indra que abre las compuertas del cielo y del castigo para inundar Braj y sus habitantes; Es entonces cuando ocurre el milagro que vemos en la imagen, Krishna, tan solo con su dedo meñique, levanta el monte Govardhan y lo convierte en paraguas protector de su pueblo y sus ganados. Indra persiste y la tromba de agua, los truenos y los relámpagos caen durante siete implacables días y sus siete noches, pero Krishna no se inmuta, sin esfuerzo y sonriente, mantiene a salvo a los suyos. Al fín, el viejo dios acepta su derrota, reconoce la superioridad de Krishna y se postra ante él.
Este preciso momento simboliza el relevo que de modo procesual se fue realizando en el hinduismo y que hizo posible su expansión y supervivencia.
Los dioses védicos se declaran obsoletos, eran aterradores, elitistas, lejanos y violentos, protagonizaban oscuros versos sanscritos cargados de poder que solo podían leer los varones de castas superiores. Esos dioses anacrónicos que vinieron cabalgando desde estepas lejanas comienzan a desaparecer entre bastidores porque ha llegado Krishna, avatar de Vishnu, revolucionario auriga del carro de Arjuna en el Bhagavad Gita, y al mismo tiempo, el Krishna próximo de Braj, un dios mestizo en el que confluyen leyendas de orígenes diversos, un joven pastor, khrisna gopal, que, travieso y seductor, toca la flauta por los bosques, habla con la gente en su dialecto local, el Braj Bhasa, y promete abrir la puerta de la salvación a todas las castas y condiciones, a los hombres y a las mujeres.
Unos podrán salvarse por su sabiduría, otros gracias a sus acciones mediante el cumplimiento del deber individual y social. Pero, y aquí llega el titular, la noticia bomba, aquellos que tengan ambición espiritual y urgencia de eternidad, podrán optar por una tercera vía, la más directa: Solo deben abandonarlo todo, pronunciar incansables el nombre de Krishna, fijar en él todos sus pensamientos y amarle de un modo incondicional y constante. La vía del amor que en la tradición judeo cristiana inaugura Jesúscristo, llega a la India de la mano de Sri Krishna y se llama bhakti .
La pinturita que en este caso comento, ilustra un momento crucial en la evolución del hinduismo : Krishna levantando el monte Govardhan.
Krishna, encarnación en la tierra del Dios Vishnu y a la vez heredero legítimo del trono de Mathura, vive su infancia y adolescencia en Vrindavan, aldea de la Comarca de Braj, donde le creen hijo biológico de Nanda y Yasoda, quienes, como casi todos por allí, pastorean bellas vacas blancas abufaladas que producen la mejor leche y mantequilla del norte de la India.
Todos los años, los campesinos y pastores de la zona acudían al monte Govardhan para ofrecer sacrificios y frutos a Indra, dios del trueno y de la lluvia, pidiéndole así que les fuera propicio. Este año, Krishna ha cumplido diez años y se rebela frente a la tradición, cuando ve que comienzan de nuevo los rituales, convoca al pueblo y le arenga : Dejad ya tanto acto inútil, sois granjeros y cuidais vacas , no perdais el tiempo en sacrificios y ofrendas vanas, esforzaos más bien en cumplir con vuestro deber que es trabajar para proteger e incrementar las cosechas y el ganado.Todo ser humano debe actuar con corrección en aquello que le corresponde, y son las acciones adecuadas, no los sacrificios ni las peticiones a los dioses que dominan los elementos, las que os beneficiarán en esta vida y en vuestro camino de salvación. Los pastores escuchan a Krishna y, enardecidos cancelan la ofrenda, puja, anual, despertando así la ira de Indra que abre las compuertas del cielo y del castigo para inundar Braj y sus habitantes; Es entonces cuando ocurre el milagro que vemos en la imagen, Krishna, tan solo con su dedo meñique, levanta el monte Govardhan y lo convierte en paraguas protector de su pueblo y sus ganados. Indra persiste y la tromba de agua, los truenos y los relámpagos caen durante siete implacables días y sus siete noches, pero Krishna no se inmuta, sin esfuerzo y sonriente, mantiene a salvo a los suyos. Al fín, el viejo dios acepta su derrota, reconoce la superioridad de Krishna y se postra ante él.
Este preciso momento simboliza el relevo que de modo procesual se fue realizando en el hinduismo y que hizo posible su expansión y supervivencia.
Los dioses védicos se declaran obsoletos, eran aterradores, elitistas, lejanos y violentos, protagonizaban oscuros versos sanscritos cargados de poder que solo podían leer los varones de castas superiores. Esos dioses anacrónicos que vinieron cabalgando desde estepas lejanas comienzan a desaparecer entre bastidores porque ha llegado Krishna, avatar de Vishnu, revolucionario auriga del carro de Arjuna en el Bhagavad Gita, y al mismo tiempo, el Krishna próximo de Braj, un dios mestizo en el que confluyen leyendas de orígenes diversos, un joven pastor, khrisna gopal, que, travieso y seductor, toca la flauta por los bosques, habla con la gente en su dialecto local, el Braj Bhasa, y promete abrir la puerta de la salvación a todas las castas y condiciones, a los hombres y a las mujeres.
Unos podrán salvarse por su sabiduría, otros gracias a sus acciones mediante el cumplimiento del deber individual y social. Pero, y aquí llega el titular, la noticia bomba, aquellos que tengan ambición espiritual y urgencia de eternidad, podrán optar por una tercera vía, la más directa: Solo deben abandonarlo todo, pronunciar incansables el nombre de Krishna, fijar en él todos sus pensamientos y amarle de un modo incondicional y constante. La vía del amor que en la tradición judeo cristiana inaugura Jesúscristo, llega a la India de la mano de Sri Krishna y se llama bhakti .
viernes, 25 de septiembre de 2009
Mi tío
Murió hace casi veinte años pero mi tío Agustín era tan suave en sus maneras, tan educado, tan lígero, que su ausencia apenas se nota aunque se siente en el corazón como el primer día.
Para nosotros, los hermanos y yo, nunca fue el tío Agustín, solo era "El tío", porque no tuvimos otro; con su mujer, Marta, "la tía", vivían en el piso de abajo, que había sido de mi abuela. No tenían hijos, y como nosotros no teníamos padres residentes, eran ellos los que ejercían de autoridad y cariño de guardia en nuestra casa de la Calle Alberto Bosch 11 de Madrid. De mi infancia solo recuerdo un telefono, y es el suyo : 2394465.
Mi tío era elegante de natural, se movía a ritmo lento, y nunca le vimos despeinado. Le gustaba la música clásica y pasaba muchas tardes dirigiendo orquestas imaginarias en el salón -Beethoven sobre todo -, su postre favorito era el "peche melba" porque lo había probado de pequeño en su colegio de Angouleme y le fue fiel hasta la muerte, creo que mi tío fue fiel a todo en lo que creía, al peche melba, a su mujer, a la ropa de "Denis", a los mocasines blandos de ante para sus pies delicados, a los lacoste de colorines, a San Sebastian, a las batas de seda, a la colonia Alvarez Gomez, a las novelas de romanos, a la florista de San Juan de Luz, al limpiabotas de Gregorys, a su amigo Alberto Prado, a las patatas fritas y a nosotros.
Su sentido del humor era antiguo y encantador, desternillante cuando bailaba con aires de cabaretera una canzoneta muy animada de letra majadera: Más que el oro y la plata, el coral y el marfil, más que todas las cosas,eres tú para mí, ¡ay!; y en el ¡ay! hacía el gesto de subirse las falditas. También se divertía y nos divertía , cuando recitaba engolado un comienzo de vida de Santo: Iba Santo Dominguito del Val con la blanca rebanada de pan y el dorado pernil de Extremadura. Sus fuentes eran dudosas, y su interpretación de ellas pintoresca, otro de sus clásicos, el Hogaño he mercado en Alba una yegua de Peñalba de rutilante mirar, tres años, negra, cuatralba, rica sangre y buen andar; un precioso bruto fiero con nobleza de cordero, blondas crines y anchas nalgas, músculos curvos de acero y enjutos remos de galga, resultó ser de Gabriel y Galán, para su sorpresa y más risa. También, en los momentos oportunos, que por supuesto eran los menos adecuados, cantaba muy fino y con buen acento Au clair de la lune .
Mi tío era alto, más bien delgado, y poco, poquísimo deportivo, el pelo gris y lacio, rígido a base de colonia , la frente despejada; Unas imprescindibles gafas de concha cabalgaban sobre la nariz francamente grande que delataba sus orígenes vascos, solía llevar los gemelos de su padre y firmaba como él aunque apenas llegó a conocerle pues murió en los años veinte, cuando mi madre tenía un año y él acababa de cumplir los dos.
Mi tío era amable, amable, amable con todos y de igual manera, él elevó la amabilidad a lo sublime, hizo de la amabilidad su discreta bandera. No creo que jamás discutiera agriamente con nadie ni le veo capaz de haber dicho una impertinencia, ningunear a un camarero, o soltar un exabrupto; supo saludar con espontanea afabilidad a todo aquel que le sonaba de algo, y nunca dejó de devolver una sonrisa.
Mi tío hizo realidad el verso de Rimbaud, "Par délicatesse J’ai perdu ma vie". Una noche empezó a dolerle el corazón pero como era muy tarde y al día siguiente salían de viaje, no quiso dar la lata, levantar a nadie ni chafar el plan así que, par delicatesse, como había vivido, por no molestar se murió de un infarto y nos dejó plantados.
Para nosotros, los hermanos y yo, nunca fue el tío Agustín, solo era "El tío", porque no tuvimos otro; con su mujer, Marta, "la tía", vivían en el piso de abajo, que había sido de mi abuela. No tenían hijos, y como nosotros no teníamos padres residentes, eran ellos los que ejercían de autoridad y cariño de guardia en nuestra casa de la Calle Alberto Bosch 11 de Madrid. De mi infancia solo recuerdo un telefono, y es el suyo : 2394465.
Mi tío era elegante de natural, se movía a ritmo lento, y nunca le vimos despeinado. Le gustaba la música clásica y pasaba muchas tardes dirigiendo orquestas imaginarias en el salón -Beethoven sobre todo -, su postre favorito era el "peche melba" porque lo había probado de pequeño en su colegio de Angouleme y le fue fiel hasta la muerte, creo que mi tío fue fiel a todo en lo que creía, al peche melba, a su mujer, a la ropa de "Denis", a los mocasines blandos de ante para sus pies delicados, a los lacoste de colorines, a San Sebastian, a las batas de seda, a la colonia Alvarez Gomez, a las novelas de romanos, a la florista de San Juan de Luz, al limpiabotas de Gregorys, a su amigo Alberto Prado, a las patatas fritas y a nosotros.
Su sentido del humor era antiguo y encantador, desternillante cuando bailaba con aires de cabaretera una canzoneta muy animada de letra majadera: Más que el oro y la plata, el coral y el marfil, más que todas las cosas,eres tú para mí, ¡ay!; y en el ¡ay! hacía el gesto de subirse las falditas. También se divertía y nos divertía , cuando recitaba engolado un comienzo de vida de Santo: Iba Santo Dominguito del Val con la blanca rebanada de pan y el dorado pernil de Extremadura. Sus fuentes eran dudosas, y su interpretación de ellas pintoresca, otro de sus clásicos, el Hogaño he mercado en Alba una yegua de Peñalba de rutilante mirar, tres años, negra, cuatralba, rica sangre y buen andar; un precioso bruto fiero con nobleza de cordero, blondas crines y anchas nalgas, músculos curvos de acero y enjutos remos de galga, resultó ser de Gabriel y Galán, para su sorpresa y más risa. También, en los momentos oportunos, que por supuesto eran los menos adecuados, cantaba muy fino y con buen acento Au clair de la lune .
Mi tío era alto, más bien delgado, y poco, poquísimo deportivo, el pelo gris y lacio, rígido a base de colonia , la frente despejada; Unas imprescindibles gafas de concha cabalgaban sobre la nariz francamente grande que delataba sus orígenes vascos, solía llevar los gemelos de su padre y firmaba como él aunque apenas llegó a conocerle pues murió en los años veinte, cuando mi madre tenía un año y él acababa de cumplir los dos.
Mi tío era amable, amable, amable con todos y de igual manera, él elevó la amabilidad a lo sublime, hizo de la amabilidad su discreta bandera. No creo que jamás discutiera agriamente con nadie ni le veo capaz de haber dicho una impertinencia, ningunear a un camarero, o soltar un exabrupto; supo saludar con espontanea afabilidad a todo aquel que le sonaba de algo, y nunca dejó de devolver una sonrisa.
Mi tío hizo realidad el verso de Rimbaud, "Par délicatesse J’ai perdu ma vie". Una noche empezó a dolerle el corazón pero como era muy tarde y al día siguiente salían de viaje, no quiso dar la lata, levantar a nadie ni chafar el plan así que, par delicatesse, como había vivido, por no molestar se murió de un infarto y nos dejó plantados.
jueves, 24 de septiembre de 2009
Meet me in Saint Louis
La historia de las tres hermanas Smith que esperan con entusiasmo la Gran exposición universal de Saint Louis. Un tiempo en que las mayores encuentran novio y la pequeña se mete en líos sin cuento. Vincent Minelli, el director, y Judy Garland, la protagonista, se enamoraron durante el rodaje para casarse pocos meses después. Margaret O'Brien recibió un oscar por su papel de la traviesa Tooty, Margaret Astor se consagró como madre hermosa y modélica, perfil que repetiría en cinco películas más. También hay un hermano Smith, un padre y un abuelo, pero esta es ante todo una historia de música y mujeres. En esta película de 1944, Judy Garland y un dinámico coro urbano, cantan por primera vez "The Trolley Song", una de mis favoritas de todos los tiempos, versionada divinamente por Frank Sinatra unos años más tarde:
Clang ,clang, clang went the trolley
Ding, ding, ding went the bell
Zing, zing, zing went my heartstrings as we started for Huntington Dell.
Chug, chug, chug went the motor
Bump, bump, bump went the brake
Thump, thump, thump went my heartstrings as we glided for Huntington Lake.
Clang ,clang, clang went the trolley
Ding, ding, ding went the bell
Zing, zing, zing went my heartstrings as we started for Huntington Dell.
Chug, chug, chug went the motor
Bump, bump, bump went the brake
Thump, thump, thump went my heartstrings as we glided for Huntington Lake.
miércoles, 23 de septiembre de 2009
¿De qué hablan las que no nos hablan?
El color de la miel me fascina, no se cuantas veces he fotografiado los puestos de miel con sus trozos de panal y sus veladas transparencias que, Dios sabrá por qué, simbolizan para mi todos los encantos de la felicidad doméstica. El pasado Julio, el primer día de mercado en Pollensa, fotografié de nuevo el puesto de Marta con su miel propia, al mirar las imágenes en el ordenador, me encontré con que el punto de interés, o el punto de fuga, no lo constituían los botes sino unas mujeres al fondo en las que no había reparado in situ. Dos chicas que en ese exacto momento son felices, están relajadas y al aire libre, fuman sin culpa, como en los viejos tiempos, sonrien con complicidad mientras hablan. Creo que son amigas, no parecen familia ni pareja sentimental, comparten casa de vacaciones y el mismo cuarto de baño donde se ponen las pinzas del pelo que probablemente encontraron juntas en un supermercado mientras hacían la compra de la semana. La morena es mayor que la rubia y su biografía es, en lo sentimental, compleja. Creo que es ella la habitual de Mallorca, la postura de su codo indica que se mueve en terreno propio. Quiere y necesita a la rubia, más en el fondo que la rubia a ella. La rubia admira a la morena porque es graciosa, irónica y resuelta pero, aunque parece depender de ella, esto no durará porque la rubia aliña su candor natural con cierta superficialidad de sentimientos, pertenece quizás al arquetipo de la mujer "Alma de paloma" que describía Chejov. La morena es la fuerte, y también la perdedora, pero ahora no piensan en nada de eso, están contentas y hablan de naderías, hace una semana comenzaron las vacaciones, tienen amigos en la isla, por la tarde van a playas de dificil acceso y no llevan toalla, solo gafas de bucear y pareos. En el suelo tienen los capachos de paja llenos de lechugas y pan de payés, después del café pidieron dos botellas de agua para seguir charlando un rato arropadas por el fragor festivo del mercado. Anoche se lavaron el pelo.
martes, 22 de septiembre de 2009
Nuestra vida es viento tejido
Es mejor ocuparse del ser que de la nada dijo Joseph Joubert, un señor que nació en el Perigord en 1754 y murió en París setenta años después. Le enterraron en el cementerio de Monmartre pero su tumba ha desaparecido, como también se han perdido casi todos los detalles de su vida. Fue marido de Victoire Moreau y padre de Victor Joseph, vivió con alegría la Revolución Francesa y se unió tibiamente a la contrarevolución posterior. No parece que trabajara demasiado. En algún momento conoció a la bella Pauline de Beaumont y, a través de ella, a su amante, Francois de Chateaubriand, de quien se hizo muy amigo. Parecía que la escritura no le tentaba pero catorce años después de su muerte, Chateaubriand publica Los pensamientos de Joubert en edición no venal que él mismo regala al todo Paris. Y Gracias a este homenaje de amistad póstumo descubrimos un pensador secreto refinadísimo. Sus aforismos sutiles se expresan en un francés límpio y directo, dominan la ironía pero nunca caen en el escepticismo, no son enfáticos ni rígidos, reflejan una religiosidad personal que prescinde de toda Iglesia; Son luz y poesía, tan modernos a veces que parecen postcontempoáneos nuestros. Me ha costado escoger de entre ellos uno solo, de modo que aparte de la cita inicial, elijo dos, el que da título a mi entrada, y el que ahora transcribo: Con Dios no hay que ser ni sabio ni filósofo, sino niño, esclavo, colegial, y, como máximo, poeta. Me desdigo, porque no puedo evitar caer en un tercero : Cuando luzco, pierdo mi aceite. Ya paro.
lunes, 21 de septiembre de 2009
Justicia Jardinera ataca de nuevo
Los calores no permiten plantaciones pero llevamos unos días de fresco y estaba notando que los dedos me verdeaban. Hoy ha llegado oficialmente el otoño, es el momento de retomar la azada pública y volver al callejón de Serrano. Por la mañana hice trabajos de inspección y limpieza, no ha habido muchas bajas, alguién robó un acebo, las azaleas se resienten del sol agosteño pero ya tienen brotes verdes, se marchitan las anuales como corresponde, nada grave. A eso de las siete de la tarde, telepáticos y sincronizados como si fueramos del ballet bolshoi, me llamó por sorpresa Valerio, jardinero, paisajista, amigo y guerrillero, venía para casa con 10 jovenes liriopes muscari de Gerona para el callejón. Los hemos plantado con cuidado, un buen riego y paletadas de humus. Con ellos inauguramos la temporada justiciera. Pronto vendrán los bulbos.
domingo, 20 de septiembre de 2009
En el paraiso suena un ritmo interior y lento
"Estar rodeado de papeles que hablan conmigo , es decir, dibujos, bocetos y recuerdos, leer dos actos de Britannicus y sentirme cada vez más asombrado por tal perfección, confiar - no me atrevo a decir estar seguro - en que no vendrán a molestarme, tener un poco de trabajo que hacer, o un montón de trabajo, pero sobre todo, sentirme seguro en mi propia soledad. Es aquí donde reside una forma de felicidad que a menudo me parece más deseable que ninguna otra. Son estos momentos los que disfruto al máximo; No tengo nada urgente, ni nada que me tiente fuera del circulo de mi estudio donde, contento con poco (poco ,quiero decir, de lo que la mayoria de las personas llamaría diversión), pero aspirando a las cosas más grandes mediante la contemplación interior o mirando las obras maestras de todos los tiempos, no me siento aplastado por la carga del tiempo ni aterrado por la velocidad con que este pasa. Tales son los placeres de la mente, una mezcla exquisita de paz y excitación que la pasión física nunca puede dar " Diario de Eugene Delacroix (5 de Octubre 1854)
sábado, 19 de septiembre de 2009
El españoleto en palacio
Esta mañana, dejé que mis ojos deambularan sin rumbo y con las riendas sueltas por las salas del Museo del Prado, hasta que frenaron con agrado en esta cabeza de mujer pintada por Ribera. La postura, el empastado en tierras y el perfil medio griego, remitían a Miguel Angel más que a Caravaggio; la composición me pareció moderna y rara, más XIX inglés que XVII napolitano; Y creí ver a Gericault en el turbante. Si mirase este cuadro como un todo, aventuraría que rompe los paradigmas formales del artista, y escribiría un opúsculo,¡que lejos queda este Ribera de su mujer barbuda, qué lejos de las tinieblas barrocas!. Pero no hay tal misterio ni opúsculo alguno, solo el fuego.
En el incendio del Alcazar de Madrid en 1734, ardía el gran "Triunfo de Baco" de Ribera. De tan magna obra, solo pudieron salvarse unos pocos y pequeños fragmentos. Esta bella mujer que piensa, juzga y mira, es uno de ellos, le llaman la Sibila. La modernidad clásica de la que somos herederos reside a menudo en lo anarrativo y en lo fragmentario, en aquello que exige al espectador una especulación, conceptual y formal superior a la lectura visual, ya sea literal o simbólica. Los modernos acotan la complacencia estética y la vinculan a la reflexión y al conocimiento.
En el incendio del Alcazar de Madrid en 1734, ardía el gran "Triunfo de Baco" de Ribera. De tan magna obra, solo pudieron salvarse unos pocos y pequeños fragmentos. Esta bella mujer que piensa, juzga y mira, es uno de ellos, le llaman la Sibila. La modernidad clásica de la que somos herederos reside a menudo en lo anarrativo y en lo fragmentario, en aquello que exige al espectador una especulación, conceptual y formal superior a la lectura visual, ya sea literal o simbólica. Los modernos acotan la complacencia estética y la vinculan a la reflexión y al conocimiento.
viernes, 18 de septiembre de 2009
Teresa Ruso
Hace muchísimo tiempo yo escribía en los periódicos y, desde la admiración y el cariño, dediqué una columna a Tere Ruso, mi amiga de Torrevieja. Han pasado los años pero la admiración y la amistad van in crescendo, porque esta señora es Bigger than life,mas grande que la vida misma, diría en plan casero.
Desde la libertad y la anarquía extrema, pasando por la ingenuidad total y el entusiasmo puro, Tere acaba de sacar unas oposiciones a maestra en circos -yo personalmente creo que las han inventado a su medida - y allá que va, con todo puesto, itinerante por España en la roulotte escuela del "Circo Africa ", en cuanto se descuiden, y por el mismo precio, la tienen también de Ecuyere, tragafuegos o domadora de perros. Tere Ruso, cándida y salvaje, va por el mundo en tromba, desnuda y vulnerable. Sin red y haciendo chistes, se lanzará al centro de la pista, como siempre hace, sin que de natural perciba escollos ni semaforos.Porque ella, voz cazallera, biografía inverosímil, es ajena a burocracias y jerarquías, indiferente a diferencias de clases, de razas o de edades. Si fuera torero - yo creo que lo es- le desearía lo que para este trabajo y esta vida que estrena le deseo: Arrimate figura y que Dios reparta suerte.
Desde la libertad y la anarquía extrema, pasando por la ingenuidad total y el entusiasmo puro, Tere acaba de sacar unas oposiciones a maestra en circos -yo personalmente creo que las han inventado a su medida - y allá que va, con todo puesto, itinerante por España en la roulotte escuela del "Circo Africa ", en cuanto se descuiden, y por el mismo precio, la tienen también de Ecuyere, tragafuegos o domadora de perros. Tere Ruso, cándida y salvaje, va por el mundo en tromba, desnuda y vulnerable. Sin red y haciendo chistes, se lanzará al centro de la pista, como siempre hace, sin que de natural perciba escollos ni semaforos.Porque ella, voz cazallera, biografía inverosímil, es ajena a burocracias y jerarquías, indiferente a diferencias de clases, de razas o de edades. Si fuera torero - yo creo que lo es- le desearía lo que para este trabajo y esta vida que estrena le deseo: Arrimate figura y que Dios reparta suerte.
jueves, 17 de septiembre de 2009
Esta torre es mía
Primera tarde de lluvia y niebla tras el verano.
Desde mi mesa, frente a la ventana, mientras escribo , veo la torre Picasso de Minori Yamasaki ,el arquitecto de Seattle que en 1956 proyectó el revolucionario aeropuerto de Saint Louis, Missouri, y en 1976 inauguró el fastuoso World trade Center con el que cambiába, parecía que para siempre, el cinematográfico perfil de Nueva York. El arquitecto murió en 1986, dos años antes de que remataran la construcción de su torre Picasso, la más alta de Madrid y de España.
El destino es tan libre que da miedo. Comienzan en 2010 un nuevo aeropuerto para Saint Louis porque el que ya llaman "el antiguo" ha quedado obsoleto; las torres gemelas cayeron el infausto 11 S de 2001, atravesadas por dos aviones 767; por su muerte y por las muertes que provocaron pasarán a la historia, y no por la arrogancia con la que vivieron. Y en cuanto a la nuestra, esta torre de 157 metros que tanto nos maravillaba, ella no es ya la más alta, ni la más moderna. El hotel Bali de Benidorm, es hortera pero mide 186 metros, y aquí , en Madrid mismo, tenemos el esplendor en ciernes de esos cuatro edificios que rebosantes de altura, brillo, espirales, siglo XXI y tecnología, alargan la Castellana, engordan nuestro orgullo nacional y nos dejan boquiabiertos .
Y así, esta torre pequeña y blanca, clásica y serena, se ha convertido en la mía, la torre del barrio que miro desde la ventana y, en días de niebla parece una columna griega que sostiene solitaria un cielo dubitativo.
Desde mi mesa, frente a la ventana, mientras escribo , veo la torre Picasso de Minori Yamasaki ,el arquitecto de Seattle que en 1956 proyectó el revolucionario aeropuerto de Saint Louis, Missouri, y en 1976 inauguró el fastuoso World trade Center con el que cambiába, parecía que para siempre, el cinematográfico perfil de Nueva York. El arquitecto murió en 1986, dos años antes de que remataran la construcción de su torre Picasso, la más alta de Madrid y de España.
El destino es tan libre que da miedo. Comienzan en 2010 un nuevo aeropuerto para Saint Louis porque el que ya llaman "el antiguo" ha quedado obsoleto; las torres gemelas cayeron el infausto 11 S de 2001, atravesadas por dos aviones 767; por su muerte y por las muertes que provocaron pasarán a la historia, y no por la arrogancia con la que vivieron. Y en cuanto a la nuestra, esta torre de 157 metros que tanto nos maravillaba, ella no es ya la más alta, ni la más moderna. El hotel Bali de Benidorm, es hortera pero mide 186 metros, y aquí , en Madrid mismo, tenemos el esplendor en ciernes de esos cuatro edificios que rebosantes de altura, brillo, espirales, siglo XXI y tecnología, alargan la Castellana, engordan nuestro orgullo nacional y nos dejan boquiabiertos .
Y así, esta torre pequeña y blanca, clásica y serena, se ha convertido en la mía, la torre del barrio que miro desde la ventana y, en días de niebla parece una columna griega que sostiene solitaria un cielo dubitativo.
miércoles, 16 de septiembre de 2009
martes, 15 de septiembre de 2009
Rutas verdes en Madrid
Me gusta caminar y mi horario laboral es laxo, de modo que sola o con cómplices, paseo la ciudad de verde en verde.
Salí con Marina, gran compinche, la semana pasada, y me llevó a la Quinta de los Molinos. Es un parque público, inaugurado como tal en época del alcalde Tierno Galván, se encuentra al final de Alcalá, supongo que por San Blás. En 1920, un conde regaló este terreno de 27 Hectareas - Y algunas más- al arquitecto alicantino Cort Botí, quien le construyó su palacete en la calle de Martinez Campos y era por entonces concejal del ayuntamiento . Se conserva gran parte del trazado inicial que buscaba reproducir el espíritu de los huertos/ jardines mediterraneos y su vida placentera, hay un gran campo de almendros y también olivos, fuentes de ladrillo rojo, varios estanques, un anfiteatro o pista de tenís digna de la costa azul, dos molinos y una casa elegante con aire vienés. Y de un lado a otro, una red de paseos sombreados, plazuelas y banquitos, es triste que el pintor Sorolla muriera en 1923 porque todo me remite a él.
Este domingo comí con mis compadres, nos propusieron cuatro días de camino de Santiago en Octubre. Con el entrenamiento de futuros peregrinos como excusa, salí ayer con Jesus de marcha por el sendero a orilla del Manzanares en el Pardo. Comienza el paseo en un olmo centenario protegido por semicirculo de granito, mas adelante, en un recodo natural, hay un columpio sobre el río y entre los juncos. Cruza el tren muy alto sobre el puente con su chucuchucu en la memoria y pañuelos blancos de adios en el recuerdo; corre un conejo, ladra un perro, pasan a trote atlético los soldados, se besa una pareja en el pinar. Y encontramos encinas, fresnos, robles, alámos, chopos, enebros, y jaras y retamas, y romero y cantueso. Al otro lado del río vemos el monte de la Zarzuela, donde pastan los ciervos, sobre nosotros, gritan grajos y cuervos.
Hoy, mi amigo Ka-Txu- Li ha sido el guía experto en un paseo largo por el parque de Juan Carlos I. Una enormidad. Tienen ría navegable, jardines moriscos, judios y cristianos, fuentes de marmol blanco y de marmol negro, invernadero y paisaje japonés, bicicletas, colinas, catamarán, y hasta carpas nadando en un lago inmenso con isla artificial, pescadores y patos. En un cesped pálido, vuelan las cometas como en Hyde Park, juegan los niños en dos grandes carabelas de madera y, junto a las 21 hectareas de olivar, un campo de golf amarillea y se democratiza.Hay un ritmo de espacios muy abiertos y vistas panorámicas del horizonte urbano, de repente ajeno. Toda la vegetación anda todavía joven y titubeante, impotente ante masas de cemento, pistas pavimentadas y arrogantes farolas. De momento, la arquitectura ha vencido al paisajismo, pero a la naturaleza, solo hay que darle tiempo.
Salí con Marina, gran compinche, la semana pasada, y me llevó a la Quinta de los Molinos. Es un parque público, inaugurado como tal en época del alcalde Tierno Galván, se encuentra al final de Alcalá, supongo que por San Blás. En 1920, un conde regaló este terreno de 27 Hectareas - Y algunas más- al arquitecto alicantino Cort Botí, quien le construyó su palacete en la calle de Martinez Campos y era por entonces concejal del ayuntamiento . Se conserva gran parte del trazado inicial que buscaba reproducir el espíritu de los huertos/ jardines mediterraneos y su vida placentera, hay un gran campo de almendros y también olivos, fuentes de ladrillo rojo, varios estanques, un anfiteatro o pista de tenís digna de la costa azul, dos molinos y una casa elegante con aire vienés. Y de un lado a otro, una red de paseos sombreados, plazuelas y banquitos, es triste que el pintor Sorolla muriera en 1923 porque todo me remite a él.
Este domingo comí con mis compadres, nos propusieron cuatro días de camino de Santiago en Octubre. Con el entrenamiento de futuros peregrinos como excusa, salí ayer con Jesus de marcha por el sendero a orilla del Manzanares en el Pardo. Comienza el paseo en un olmo centenario protegido por semicirculo de granito, mas adelante, en un recodo natural, hay un columpio sobre el río y entre los juncos. Cruza el tren muy alto sobre el puente con su chucuchucu en la memoria y pañuelos blancos de adios en el recuerdo; corre un conejo, ladra un perro, pasan a trote atlético los soldados, se besa una pareja en el pinar. Y encontramos encinas, fresnos, robles, alámos, chopos, enebros, y jaras y retamas, y romero y cantueso. Al otro lado del río vemos el monte de la Zarzuela, donde pastan los ciervos, sobre nosotros, gritan grajos y cuervos.
Hoy, mi amigo Ka-Txu- Li ha sido el guía experto en un paseo largo por el parque de Juan Carlos I. Una enormidad. Tienen ría navegable, jardines moriscos, judios y cristianos, fuentes de marmol blanco y de marmol negro, invernadero y paisaje japonés, bicicletas, colinas, catamarán, y hasta carpas nadando en un lago inmenso con isla artificial, pescadores y patos. En un cesped pálido, vuelan las cometas como en Hyde Park, juegan los niños en dos grandes carabelas de madera y, junto a las 21 hectareas de olivar, un campo de golf amarillea y se democratiza.Hay un ritmo de espacios muy abiertos y vistas panorámicas del horizonte urbano, de repente ajeno. Toda la vegetación anda todavía joven y titubeante, impotente ante masas de cemento, pistas pavimentadas y arrogantes farolas. De momento, la arquitectura ha vencido al paisajismo, pero a la naturaleza, solo hay que darle tiempo.
lunes, 14 de septiembre de 2009
Dos mujeres en la ventana. I
Madre e hija, Elvira y Carmelita. La familia vivía en Lora del Rio pero se acaban de mudar a Sevilla porque el marido y padre ha ganado debida fama de herrero artístico y le han salido dos trabajos que requieren tiempo, dedicación, y un taller a pie de obra; para fin de año debe dar por terminada la celosía de la nueva iglesia del Convento de San Clemente , y empezará entonces a forjar una carcasa barroca de inspiración napolitana para el órgano del convento de Santa Inés. De momento viven en la Calle Santa Teresa número 9, del barrio de Santa Cruz, es la casa de los padres de Elvira, a la sazón empobrecidos aunque nadie en Sevilla ignora que el abuelo fue un gran señor, caballero de malta incluso, que, gajes del rango, gastó con demasiada magnanimidad y humos el patrimonio heredado. A la familia, más allá de esta casa de tres plantas amplias, le queda poco tronío . Elvira, hija única, bajó por matrimonio de clase y eso no hay herrero que lo levante, conserva sin embargo hechuras de señora y manos de princesa, sus hijas son tan bonitas como ella lo fue, piel blanca y sin lunares, boca llena y limpia a la distancia justa de una niriz corta y bienhumorada. Los ojos de las tres, hojitas de laurel castañas, relucen como los de los burritos jóvenes y delatan quizás, por su belleza, una gota morisca. El pelo brillante y liso, la frente ancha, los andares ágiles. Esta Carmelita que se asoma al balcón tiene doce años y en caracter se asemeja a su madre, pizpiretas las dos, alegres y afectuosas, aficionadas a la charla y las bromas . La mayor, Rosario , ha cumplido los diecisiete y tiene otro caracter, dicen que ha salido más a Doña Casilda, la abuela, es serena, diligente, devota y discreta. Tiene, muy a su pesar, mareados a los hombres de toda Sevilla, cuentan que un artista del barrio ha dado sus rasgos a la Macarena que regalaron a los reyes el pasado año, la que fue tan alabada y cuelga ya en la capilla de palacio. Por las tardes, Rosario se sienta a bordar sábanas tras la reja del cuartito de la lumbre en el piso bajo. Aunque antes de sentarse corre cada día los visillos de lino blanco, tan pronto como su silueta de cabeza inclinada se dibuja en el hueco de la ventana, la calle se puebla de lechuguinos emperejilados y terratenientes con botos altos, que hacen grupos, la requiebran, y pasan flores, rosquillas, y billetes de amor por la cancela. Ella calla y no entra a ningún trapo. Solo en misa o cuando va al parque en calesita con su familia y echa migas a los patos, pueden sus pretendientes verla de cuerpo entero y aún así, siempre tapada, como si nunca hiciera calor y ella fuera a meterse a monja. Los abuelos alaban su dignidad, pero Elvira y Carmelita, que se acuestan un rato juntas en la cama grande cuando anochece para reirse e imaginar los amoríos de la niña cuando crezca, piensan que la mayor es fría como una estátua y que su virtud es excesiva, porque ni siquiera con ellas se abre a confidencias y no pueden adivinar si tiene un favorito o desee tenerlo; no les extrañaría que, tan guapa, tan buena y tan fina, acabara sola y triste como un ciprés, y para vestir santos. Como la quieren, hermana y madre, entre charlas y risas, sinceramente se preocupan. Hoy Rosario está en Lora porque su tía Mercedes se ha puesto mala y solo quiere que le cuide esta niña que siempre tiene paciencia y las manos frescas, sabe la letanía de memoria y nunca hace bulla .
domingo, 13 de septiembre de 2009
Marina Silva
Me acusan, me acuso, de ensimismada. Mi realidad rara vez proviene de los periódicos. Este blog por ejemplo, que refleja con bastante fidelidad mi vida, es dificil de fechar. Hoy estoy al día mediático gracias a Marina Silva, política brasileña a la que sigo desde hace tiempo y en la que confío. Casi todos los sueños políticos concluyen en realidades grises pero esta vez puede que todo sea cierto. Que Marina Silva se presentara como candidata de peso a la presidencia de Brasil sería ya un cambio hacia el arco irís; no ya porque es mujer, negra y de origen campesino sino porque inaugura una opción ecologista inteligente, coherente, sensata, preparada, profesional y pragmática. Sería también la primera respuesta a la crisis que propone un cambio real en la estructura de izquierdas y derechas convencionales que hace tiempo dejó de funcionar. Quisiera dejar de usar el condicional y ser brasileña para votar a Marina y desearía que todo en ella fuera verdad. Porque quiero vivir un mundo muy verde, muy rojo y muy amarillo .
sábado, 12 de septiembre de 2009
Robert Walser
Si, como deseo, llego a vieja, me gustaría entonces ser Robert Walser, vivir como él una rutina de soledad, paseo y escritura; y acabar muriendo en la tierra, más tarde que él, sola como él, durante un paseo en un día de nieve espesa que me iría cubriendo con suavidad y silencio, más fría y más blanca que la misma muerte.
Si, como deseo, llego a vieja, me gustaría ser libre y pobre como Robert Walser y convertir mi escritura en la transcripción sin traducción previa de mis vagos pensamientos. Para entonces, debería haber aprendido a pensar en condiciones.
De los autores que amamos y que hace tiempo han muerto, es dificil que encontremos textos nuevos, por eso, yo celebro aquí la reciente "Ante la pintura, Narraciones y poemas" de Robert Walser, en Siruela. Entre los textos que incluye, todos admirables, me quedo con dos en los que brilla la Walseridad más que en los otros: "Exposición de Arte Belga" y "El Albúm de Anker". Son perfectos. Elijo también sus "Pensamientos sobre Cezanne", por la pasión que me ocupa, y porque descubro en ellos con alborozo que intuye y ve en el artista, lo mismo que yo intuyo y veo, el núcleo esencial de un arte cuya génesis y claves intento desentrañar desde hace más de un año .
Dice Walser del genio provenzal : "Durante horas, días, él intentaba hallar incomprensible lo evidente, desentrañar lo inexplicable de cuestiones fácilmente inteligibles".
Si, como deseo, llego a vieja, me gustaría ser libre y pobre como Robert Walser y convertir mi escritura en la transcripción sin traducción previa de mis vagos pensamientos. Para entonces, debería haber aprendido a pensar en condiciones.
De los autores que amamos y que hace tiempo han muerto, es dificil que encontremos textos nuevos, por eso, yo celebro aquí la reciente "Ante la pintura, Narraciones y poemas" de Robert Walser, en Siruela. Entre los textos que incluye, todos admirables, me quedo con dos en los que brilla la Walseridad más que en los otros: "Exposición de Arte Belga" y "El Albúm de Anker". Son perfectos. Elijo también sus "Pensamientos sobre Cezanne", por la pasión que me ocupa, y porque descubro en ellos con alborozo que intuye y ve en el artista, lo mismo que yo intuyo y veo, el núcleo esencial de un arte cuya génesis y claves intento desentrañar desde hace más de un año .
Dice Walser del genio provenzal : "Durante horas, días, él intentaba hallar incomprensible lo evidente, desentrañar lo inexplicable de cuestiones fácilmente inteligibles".
viernes, 11 de septiembre de 2009
Memorias de Ultratumba
"Todos los ingleses están locos, de propio natural o por darse tono ". François-René de Chateaubriand
jueves, 10 de septiembre de 2009
Otro elogio de la lentitud
Hace tiempo ví una película de Antonioni en la que alguien cuenta en un bar la historia de unos porteadores indios que, aunque iban subiendo con facilidad y sin fatiga la montaña, preferían parar de vez en cuando para no ir más deprisa que sus almas.
Soy lenta. Pensaba que había vuelto de Italia el sábado pasado pero todavía sigo allí. Este cuerpo mio del siglo XXI viaja mucho y tan rápido que mi pobre alma eduardiana, no puede seguirle el ritmo.
Como las llaves o las gafas, me voy dejando el alma en cualquier sitio y la obligo a volver renqueante a buscarme mientras mi cuerpo desorientado deambula sin ella, como golondrina sin alero.
No se que será de mí si un día, cansada de perseguirme, me deja sola, perdida, abandonada, en un definitivo cuerpo a cuerpo.
Soy lenta. Pensaba que había vuelto de Italia el sábado pasado pero todavía sigo allí. Este cuerpo mio del siglo XXI viaja mucho y tan rápido que mi pobre alma eduardiana, no puede seguirle el ritmo.
Como las llaves o las gafas, me voy dejando el alma en cualquier sitio y la obligo a volver renqueante a buscarme mientras mi cuerpo desorientado deambula sin ella, como golondrina sin alero.
No se que será de mí si un día, cansada de perseguirme, me deja sola, perdida, abandonada, en un definitivo cuerpo a cuerpo.
miércoles, 9 de septiembre de 2009
Fondamenta degli incurábili
“¿Qué puedo decir de la vida?. Que resultó ser larga. Unicamente con el dolor me siento solidario, pero hasta que me tapen con greda la boca, de ella solo saldrán agradecimientos”. J.Brodsky
( Y un mensaje: Josif, tu gato de la calle del Fumo lee dia y noche entre mis libros )
( Y un mensaje: Josif, tu gato de la calle del Fumo lee dia y noche entre mis libros )
martes, 8 de septiembre de 2009
Le coquelicot
“Pues toda pasión, aunque sea por las amapolas rojas, nos expone al ridículo”. Roger Fry
(Y un saludo a Samuel Beckett )
(Y un saludo a Samuel Beckett )
lunes, 7 de septiembre de 2009
domingo, 6 de septiembre de 2009
En Madrid
El regreso, la vuelta a la cotidianidad me deja exhausta, durante unos días floto, vacía y perdida, sin recuerdos coherentes ni planes de futuro inmediato, cada rincón de la casa me sorprende, no reconozco los olores familiares, ni siquiera recuerdo donde solía guardar la licuadora o si tenemos licuadora. Para no sucumbir ante mi misma, mi perplejidad y mis impotencias que supongo efímeras, he seguido el consejo de Stevenson : "Porque pasar un día tendido en un diván entre un mundo de almohadones puede ser tan divertido como viajar" . Mañana es lunes y puede que me haga conmigo y con la casa.
sábado, 5 de septiembre de 2009
El gran Palladio me deja fría
El teatro olímpico es ingenuo y culterano, egolatra y hermoso. La basílica es romántica y comedida, es Jane Austen en Bath. La Rotonda es más templo solitario que bucólica villa, nada en ella recuerda la Villa Carreggi de Lorenzo.
El Palladio podría ser un arquitecto alemán muy erudito que sabe de ciencia agropecuaria , respeta la heráldica y venera a sus mayores . Un nibelungo tardío que, abrigado y con termo, viaja levemente por el Peloponeso en Febrero, lee a Vitrubio, descubre la geometría aplicada, y llora mientras dibuja el Panteón en Roma . Un descontento con su tiempo y su geografía que cuando vuelve a su casa digamos que angosta de Turingia, busca recrear en las llanuras grises un atisbado mundo clásico que simboliza, en piedra y en grandeza, lo que en realidad nunca fue, y está poblado de señores magnánimos que viven fuera de escala y visten pesados peplos.
Como por suerte a Palladio le nacieron en el Veneto, su incoherencia cultural e histórica nunca pareció tal, dos siglos después de su muerte, Piranesi, entre loa y parodia le sigue la corriente y le engrandece, Inigo jones y los del Gran Tour le divinizan e imitan, la aristocracía americana de Virginia cae de rodillas ante él y se lía a construir villas y columnatas que llegan, pórtico tras pórtico, hasta la Casa Blanca .
A este gran arquitecto poco práctico que recreó la antigüedad utópica, los del siglo XVIII le reivindica porque son alocados neoclásicos, y no perciben la distancia y el frío del maestro de Vicenza porque le han archivado ya en el peligroso cajón de los viejos visionarios geniales que vivieron en fechas confusas. Y ocurre también que para entonces, y más aún para ahora, el tiempo y el clima de Italia y su pereza, habían desteñido los edificios del Palladio hacia el rosa local, habían pasado la lengua golosa por el azucar de sus arquitrabes y sus arcos, por los fustes de sus columnas hercúleas. El tiempo sabio de Italia, viene y va, pasa y sigue, el tiempo, tempo musical de Italia tiene como único destino la belleza.
Y aunque me deje fría y diga yo estas cosas , admiro al Palladio ¿Cómo podría no hacerlo?, todos admiramos al Palladio y sus villas imponentes que suelen dar la espalda, las cuatro espaldas, al jardín y a la vida, porque, desde perspectivas imposibles, todos querríamos ser, alguna vez, no para siempre, personajes de su teatro de los sueños, patricios perdidos en las colinas del Veneto.
El Palladio podría ser un arquitecto alemán muy erudito que sabe de ciencia agropecuaria , respeta la heráldica y venera a sus mayores . Un nibelungo tardío que, abrigado y con termo, viaja levemente por el Peloponeso en Febrero, lee a Vitrubio, descubre la geometría aplicada, y llora mientras dibuja el Panteón en Roma . Un descontento con su tiempo y su geografía que cuando vuelve a su casa digamos que angosta de Turingia, busca recrear en las llanuras grises un atisbado mundo clásico que simboliza, en piedra y en grandeza, lo que en realidad nunca fue, y está poblado de señores magnánimos que viven fuera de escala y visten pesados peplos.
Como por suerte a Palladio le nacieron en el Veneto, su incoherencia cultural e histórica nunca pareció tal, dos siglos después de su muerte, Piranesi, entre loa y parodia le sigue la corriente y le engrandece, Inigo jones y los del Gran Tour le divinizan e imitan, la aristocracía americana de Virginia cae de rodillas ante él y se lía a construir villas y columnatas que llegan, pórtico tras pórtico, hasta la Casa Blanca .
A este gran arquitecto poco práctico que recreó la antigüedad utópica, los del siglo XVIII le reivindica porque son alocados neoclásicos, y no perciben la distancia y el frío del maestro de Vicenza porque le han archivado ya en el peligroso cajón de los viejos visionarios geniales que vivieron en fechas confusas. Y ocurre también que para entonces, y más aún para ahora, el tiempo y el clima de Italia y su pereza, habían desteñido los edificios del Palladio hacia el rosa local, habían pasado la lengua golosa por el azucar de sus arquitrabes y sus arcos, por los fustes de sus columnas hercúleas. El tiempo sabio de Italia, viene y va, pasa y sigue, el tiempo, tempo musical de Italia tiene como único destino la belleza.
Y aunque me deje fría y diga yo estas cosas , admiro al Palladio ¿Cómo podría no hacerlo?, todos admiramos al Palladio y sus villas imponentes que suelen dar la espalda, las cuatro espaldas, al jardín y a la vida, porque, desde perspectivas imposibles, todos querríamos ser, alguna vez, no para siempre, personajes de su teatro de los sueños, patricios perdidos en las colinas del Veneto.
viernes, 4 de septiembre de 2009
jueves, 3 de septiembre de 2009
Cumpleaños
El espíritu de Jesús ,
El amor de María Magdalena,
un jardín cerrado
Petrarca y Giotto
La llamada a las 9.30.
El amor de María Magdalena,
un jardín cerrado
Petrarca y Giotto
La llamada a las 9.30.
Plegarias de vida eterna
miércoles, 2 de septiembre de 2009
Fantasmas de Venecia
En un barquito descapotable pequeño, casco de caoba y sillones verdes de sky, salimos hacia Torcello. Dejamos el muelle de Fondamente nuove y bordeamos con aprensión el lugar último. Un símbolico muro de ladrillo del Veneto, erosionado y rojo, atrapa masas de cipreses negros que ocultan y revelan brillos blancos de marmol. El verano esquiva a San Michele, bajo la luz de este mediodía sigue siendo la Isla de los Muertos de Bocklin, y el cementerio más triste del mundo, el más inexorable. Aunque todos saben que allí no cantan los pájaros, me dice Albisse que el 31 de Diciembre del pasado año, un ingeniero borracho con barco propio, vió bailar a Dhiagilev entre los mausoleos. La música sonaba a Stravinsky y la letra a Brodsky. Creyó reconocerles cuando en el panteón con cúpulas orientales de la princesa Ludmilla, bebíeron después en copas de alabastro. Se ve que brindaban mucho, reían, y cantaron juntos hasta el amanecer. Cuentan, dice Albisse, que Massimo Cacciari, el alcalde, intuye que Brodsky escribe aún su poema de navidad de cada año, y le ha pedido al ingeniero que asista a un buen curso de ruso y vuelva la próxima Nochevieja para recoger versos al dictado. Los de Adelphi se comprometen a editarlo.
martes, 1 de septiembre de 2009
Alegría tropical
Veníamos de Ca Rezzonico donde una placa en el Palazzo sobre el Gran Canal repite las palabras de Browning: Open my heart and you will see graved inside of it "Italy" ; por la mañana habíamos leido a Teophile Gautier: Solo he hablado de lo visible, evité remover el polvo de las viejas crónicas, avivar recuerdos olvidados, y animar con sus antiguos habitantes, los palacios desiertos. Ensimismados y románticos, casi en trance, entrábamos por Madoneta en el Campo de San Polo, y allí, esquina con el callejón de los caballos, un trío colombiano con muy buenas razones, vino a neutralizar nuestra decadente y autoindulgente exquisitez. Acordeón, guacharaca y voz, le daban con alegría al vallenato callejero: Yo crié a mi nieta con buena ropa, con buen calzado, con mucho esmero y estimación, pa´que ahora venga ese sinvergüenza, nariz parada, patillalero, a entusiasmarla con su camión, una pareja sudamericana se entrega al baile y el camarero de la trattoria próxima enlaza a Julia, que es alemana y tímida, en una danza nueva entre vals veneciano y tango energético, la joyera de la calle de enfrente marca el compás en sus muslos, un americano joven con canotier de gondolero inmortaliza en video casero el momento, nosotros, olvidamos por un rato Venecia y pedimos vino blanco para todos. El día era húmedo y cálido, los italianos espontáneos, los músicos rítmicos, y los turistas dispuestos, resultó fácil improvisar el Caribe y una buena juerga a las puertas de lo sublime.
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