lunes, 31 de agosto de 2009

El raro don de la belleza

En Santa Maria dei Frari, todo es grandioso excepto este pasillo dejado a la mano de Dios. No se visita, comunica la sacristía con el claustro.

domingo, 30 de agosto de 2009

Vida en la indescriptible

"Nunca había visto algo que temiera describir", dijo Dickens ante Venecia . Y yo, mínima del siglo XXI, tiemblo como él ante tantas palabras usadas, y me rindo, conmocionada de nuevo por la indescriptible.
Almorcé ayer en la Giudecca, en una terraza entoldada que mira a la ciudad. Pasaban los barcos de carga y en su estela, el agua del canal salpicaba mis pies, una vez, y dos, y tres. En nuestra mesa, un gorrión picaba tarta de limón, bruma baja y cálida, no queríamos movernos, bebíamos un café tras otro, reíamos con los camareros y un sol rojo se escondía en silencio tras San Giorgio il maggiore.

sábado, 29 de agosto de 2009

La obra de arte desconocida

Roberto revisaba un enchufe,
Marcelo pintaba el muro,
Valerio instalaba un video,
Giuseppe pulía el pasamanos.
El agua estaba allí.

viernes, 28 de agosto de 2009

Belleza real, lectura imposible

En el barrio de San Polo, junto a la Iglesia de los Frailes franciscanos, está la Scuola de San Rocco. Es abrumadora. Esperaba los Tintorettos enormes, de los que tanto hablé con Marina, el suelo ajedrezado y los artesonados, esperaba el lirio de la anunciación de Tiziano, y el Cristo con la cruz atribuido a Giorgone, asumía el poder, la belleza y la gloria, pero no contaba con Francesco Pianta, un excéntrico veneciano del XVII que recubrió las interminables paredes de la sala alta - cuando digo interminables, es porque calculo mal a ojo -, con un retablo de madera labrada, casi repujada, a la italiana manera de tratar el cuero o el pergamino. En alto y bajo relieve, se suceden y amontonan figuras, florituras, símbolos de significado inexpugnable y, por si eso fuera poco, una librería en trompe l'oeil pionero, con sesenta y cuatro libros falsos, dos señores muy raros, oscuras geometrías, y un par de botines verdes de tacón cubano. Boquiabierta busco claves, y le supongo tratos con Emmanuele Tesauro, un contemporáneo turinés que en su texto cannocchiale aristotelico sentaba las bases de la alegoría barroca. Poco se sabe de Francesco Pianta, creemos que murió en 1692 en Venecia, con sesenta años, le llamaban il giovane pero nadie da fe de que hubiera un vechio, no se le conoce maestro ni seguidores, por lo que su trabajo se queda en rareza excelsa , cajón aparte, un mixto de artesanía, arte, pensamiento y literatura jeroglífica. Ya entonces se hablaba de conceptismo, Pianta sería hoy un conceptual de culto.

jueves, 27 de agosto de 2009

Que un sueño se convierta en mi casa

Cuando Goethe llegó a la edad del "Gran Tour", su padre, Johann Gaspar, le dió alas y un consejo :
" Te recomiendo que antes de establecerte como hombre de leyes, dediques un tiempo, dos años, tres quizás, a conocer mundo. Todo joven debe disfrutar de París, beber en Rusia y admirar las montañas en Suiza, pero , y en esto te pido que respetes mi experiencia, deja Italia para el final , porque una vez que la hayas probado, todo lo demás te parecerá insulso y descolorido".

miércoles, 26 de agosto de 2009

Los vigilantes de la playa

Salimos a pasear temprano por la playa de Riazor, serían las nueve y cuarto. Descalzos y cabrioleros, ibamos desnudándonos poco a poco, corríamos, frenábamos, recogíamos conchas de moluscos y piedras con formas caprichosas, mirábamos la marea que subía y las olas que rompían en los escollos. Al otro extremo de la playa se empieza a arremolinar la gente, llega una lancha de salvamento, tumulto, una camilla, enfermeros corren con ella hacia la ambulancia aparcada en el paseo, hay también dos furgones de la policia, uniformes azules se mezclan con los chalecos naranja. Nos vamos acercando, un camillero recoge enseres, ordena su maletín, nos da apuro preguntar al profesional, pero el honrado pueblo de la Coruña está más que dispuesto a informarnos mientras chapoteamos en la orilla. Un señor de ojos muy verdes y despiertos nos explica: han salvado a una mujer, realmente la han salvado porque estaba viva, e incluso hablaba, la han rescatado de allí lejos, señala mar adentro hacia la derecha, y añade el dato clave, Iba completamente vestida. Una anciana muy morena y en bikini desbordante se une al grupo de curiosos : Si que iba vestida y no de playa, iba de calle, con chaqueta y falda, era ya mayor, no tendría menos de cincuenta y tantos o sesenta.
Y recuerdo entonces cómo Virginia Wolf a los cincuenta y nueve años, volvió a su casa empapada - dijo que se había resbalado en el río - unos días antes de suicidarse, los bolsillos de su cardigan beige llenos de piedras, en el río Ouse, y - aunque su poesía me gusta poco -, recuerdo a Alfonsina, enferma y asustada, suicida desde el espigón de la playa de La Perla en el Mar del Plata. Y recuerdo a Carolina Gunderrode, cinturón de piedras sobre la camisa de seda blanca, cuando se apuñala en el corazón a orillas del Rhin para caer en el río al morir, y hundirse eternamente, calculó mal, siempre lo hacía, y la encontraron muerta, mirando al cielo, tumbada entre los juncos.
¿Quien sería esta señora a la que casi vimos ? ¿quien la mujer que casi murió ?, ¿Quéría matarse, o resbaló?, ¿se tiró desde el espigón como Alfonsina, o entró en el agua andando como Virginia? ¿Por qué nadó? ¿Volvérá a caer al mar, volverá a nadar, volverá a salvarse ?.

martes, 25 de agosto de 2009

Menos melan y más colía

Años cincuenta, una joven preciosa, alegre y natural, pregunta a Cristobal Balenciaga qué hacer para convertirse en Gran Elegante. El modisto, amigo de la familia, le responde :"Nunca lo conseguirás, eres demasiado encantadora". La melancolía y la elegancia son primas hermanas, y cuando chupan cámara y adquieren protagonismo en una sociedad o en un individuo, son por igual letales para el espíritu. Nunca he sublimado la tristeza, cuando la melancolía me abraza, devuelvo sus besos con dulzura, la jaleo un poco, le hago quizás los coros de alguna canción irlandesa, pero estoy alerta, no me dejo envolver por sus encantos y cuando llevamos coqueteando un rato, con educación y firmeza, entre caricias, me desembarazo de ella. La miro mientras me deja, al principio es alta y delgada, sinuosa y oscura, huele a oriente, a biblioteca y a profundidades oceánicas; al poco, en la distancia, la veo convertirse en una viejuca torpe de negro ratonero, apesta a tabuco y orines de gato, ya muy lejos, la melancolía se disuelve en un charco viscoso de vapores negros. Veo entonces que se acerca airoso por el camino un caballo blanco, y no quiero que se ensucie en el pestilente charco, le hago señas pero avanza, galopa, pisa lo oscuro, y sigue, inmaculado, no pasa nada, la melancolía no era nada, solo un poco de barro seco, oscuro y cuarteado. ¡Qué razón tenía Balenciaga!.

lunes, 24 de agosto de 2009

Homenaje

Mañana a las catorce horas cuarenta y cinco minutos , embarcaremos, si Dios quiere, en un avión de Air Berlín con destino a La Coruña. Las vacaciones en Mallorca habrán llegado a su fín.
Llevo unos días oyendo comentarios , de distintas bocas,por la casa: "Yo creo que se puede zurcir", "Ahora ya sí que se ha acabado", "La culpa es de las perras que la arañan", "Si la cortamos por la mitad se pueden hacer dos pequeñas" y cosas así, todos hablan de ella, la toalla, la genuina, nuestra toalla de toda la vida.
La compramos hace diecisiete años en Saint Tropez , mide un metro por dos cincuenta y , desde el principio, nos pareció esplendida, espesa, suave, y de fácil secar. En la pileta de Can Dionis, nadie quería otra, ha viajado con nosotros por el mediterraneo, de playa en playa, y cuando teníamos barca, la mítica Hornblower, siempre estuvo allí . Con las toallas, ocurre como con las personas, unas tienen encanto, charme, carisma, y otras no. Ella lo tenía e incluso este verano, con agujeros, desgarrones y trama a la vista, siempre ha sido la primera opción entre sus pares que esperaban en el lavadero ser elegidas para un día de playa. Cada invitado nuevo que llegaba a la casa, sin información previa, por ella se decantaba, esto ha llegado a generar rencores y rencillas, alguno ha habido que incluso dormía con la toalla azul para evitar que un listo se adelantara por la mañana.
Hace un año, en mi viaje a Estambul, llegué a un puesto muy elegante en el gran Bazar, mi favorito, solo vendían tejidos antiguos y toallas tradicionales de hammam, de la mejor calidad, de las que solo se tejen en Bodrum- podría decir Halicarnaso y habría quedado aún más impresionante-, pues bien, allí estaban, las hermanas de nuestra toalla, pregunté al mercader, finísimo, parecía suizo, por su distribución y venta y me dijo que solo las comercializaban en su chiringuito del bazar y ¡en la tienda de un amigo en Saintropez!, todo cuadraba, se me saltaron las lágrimas.
Aquí concluyo, la hemos amado, la hemos usado, nunca desaparecerá de nuestra memoria, probablemente la convirtamos en dos pequeñas toallitas de manos, por ella viajaremos de nuevo a Estambul . Con este homenaje a la compañera y testigo de tantas aventuras marineras, acabo nuestro feliz verano en Can Dionis.

domingo, 23 de agosto de 2009

Souvenir de la malmaison

Un amigo me recuerda una metáfora que podría ser de Yeats, y Borges atribuye a Kipling :

"Si no me hubieran dicho que eso era el amor, habría pensado que era una espada desnuda".

Y es fácil llorar cuando rara vez sabemos reconocer, guardar, separar, unir, el amor, la muerte y la belleza .

sábado, 22 de agosto de 2009

La canción del Bienaventurado


Ayer, al hablar de Cristobal Serra y sus regalos, recordé que no había dicho nada en este blog sobre el Bhagavad Gita. ¿Por qué habré omitido un texto que manejo a diario y para todo es apropiado?.
Como no siempre se ha de empezar por el principio, rompo mi prolongado silencio sobre Krishna y sus aventuras, para colocarme de hoz y coz en el capítulo IX del Bhagavad Gita, cuando el hamletiano príncipe Arjuna ya sabe que Krishna, a quien hasta entonces apreciaba como gran amigo y auriga de su carro de batalla, es también su divino consejero, la encarnación, el avatar, de Dios en la tierra.
Krishna le ha ido abriendo los variados caminos hacia la salvación y ahora, exactamente en este capítulo que cambiará la historia del hinduismo, le habla, por primera vez en la tradición védica, de un camino nuevo y accesible para todos, es el más corto y también el más seguro, es el inexplorado camino de la contemplación y del amor: “Quien me ama no morirá jamás”, “Todo aquel que solo hacia mí dirija sus pensamientos, quien se concentre solo en mí, y solo en mí se refugie, alcanzará la realización suprema.”.
Llegamos aquí al capítulo X; Arjuna está convencido, quiere seguir la vía contemplativa, pero se mueve en territorio desconocido, él solo era un príncipe guerrero, y está perdido en este ambiente espiritual y rupturista. Le dice a Krishna: Si debo meditar en ti, habré de saber quien eres, bajo qué aspecto he de contemplarte, háblame de tus poderes y tus manifestaciones para que pueda imaginarte.
Krishna le advierte que sus manifestaciones son ilimitadas pero durante veinte versículos, le enumera unas cuantas de las que, consciente de los desastres que acarrean las mutilaciones, yo hago aquí un resumen incompleto pero selectivo:
“Yo soy la esencia de todos los seres,la semilla de todo lo existente, yo soy la muerte que todo lo arrebata y la fuente de lo que ha de nacer, soy la primera letra del alfabeto y la partícula que une las palabras. Yo soy el principio, la duración y el fin.
Entre los juegos, soy el juego de dados y entre los fuertes soy la fuerza, yo soy la pureza entre los buenos. Yo soy la gloria y la palabra, la inteligencia y la clemencia,soy el tiempo de la flor y el resplandor del frío, yo soy el Gayatri entre los versos.
Entre los guerreros soy Rama, Yo soy el Rayo divino. Para los que tienen hijos, soy el dios del amor, y soy el tiempo entre los que lo miden.
Yo soy la higuera sagrada, y entre los montes soy los Himalayas, soy el espíritu del fuego, soy la silaba Om, soy el nombre de Dios que eternamente se repite donde no existen las palabras.
Yo soy el silencio de los secretos y el conocimiento de los que saben, nada hay en este mundo que sin mí pueda existir.”
Y acaba con esta frase impecable :“Pero ¿para qué quieres, Arjuna, conocer toda mi inagotable variedad?, solo necesitas saber que YO EXISTO y que con una ínfima parte de mí sostengo el universo "

viernes, 21 de agosto de 2009

Los higos, Serra, este y otros veranos.

Ha empezado la temporada, cada mañana Margarita nos trae una cestita de higos recien recogidos, cubiertos con primor por dos hojas de higuera.
Con los primeros higos llega siempre el recuerdo de Cristobal Serra. Durante muchos veranos, seis o siete, mi amigo y aún así poeta , Jose Luis Gallero, y yo fuimos fieles a nuestra cita con el escritor mallorquín. La tradición comenzó cuando Gallero daba los primeros pasos en su proyecto de una antología, más bien enciclopedia , del aforismo. Serra, es el mayor experto en el tema, autor, traductor y lector incansable de escritura fragmentaria. En aquella primera cita nos acompañó - más bien yo les acompañaba a ellos- otro poeta, Jose Maria Parreño. Alguién había leido que a Serra le gustaban los higos y los asnos, como no podíamos llevarle un burro de regalo, por agradar, le llevamos una cestita, como esta que hoy tengo en la cocina, de higos recien cogidos por nosotros del árbol. No recuerdo si le gustó el detalle, supongo que lo agradeció pero probablemente tenía la despensa llena de higos de otras higueras, aquí en Mallorca es dificil encontrar alguien que no tenga en propiedad o por parentela las mejores higueras de la isla - las nuestras lo son- para consumo propio.
Me conmovió la casa de Serra, recoleta, atestada de libros y cuadros pequeños e imprecisos, desconcertantemente femenina para un hombre que suponíamos tan soltero, abundaban las porcelanas y los tapetitos de croché. Pronto supe de la existencia de Joaqui, la mujer en la vida de Cristobal Serra, bella, exuberante en tiempos, algo mayor que él, bibliotecaria, traductora y compañera. Nunca la conocimos, la casa hablaba de ella pero a Joaqui, ya muy enferma se la habían llevado unos sobrinos a Cataluña. Cristobal estaba muy triste, desconcertado. Ante el rubor y espanto de Parreño y Gallero, yo abandoné la literatura para hablar con él de cotidianidad, de amor y de Joaqui. Ella murió unos meses más tarde, y me alegré de haber sabido vislumbrar su peso en la vida del escritor que con un lacónico "A Joaqui" le había dedicado "Ars quimérica", el volumen de 725 páginas que, hasta 1996, recogía su obra completa.
Parreño no volvió pero Gallero y yo mantuvimos las citas agosteñas. Solíamos quedar en un viejo celler de la Calle Montenegro, hoy desaparecido , donde le preparaban cada día "comida confortable", - comfort food, como dicen los ingleses, recordaba el Serra traductor de William Blake - , y un suavísimo clarete, muy de su gusto y poco del nuestro.
Cristobal Serra nació en Palma, aunque se considera de Andraitx, en 1922, es bajito y redondo, cabeza grande y frente de pensador, músculos inexistentes, sus ojos van siempre semicerrados, a la mallorquina, tiende por naturaleza a la sonrisa y a la suavidad formal, es irónico cuando toca, no le disgusta el cotilleo intelectual, es educado, lleva en verano ropa de algodón en colores neutros, cuello abierto y a menudo guayabera, desprende , todo él, mediterraneo. Cristobal Serra es un hombre secreto que se camufla en la tradición, la inmovilidad y las convenciones para poder seguir siendo uno de los excéntricos más alocados que conozco .
En nuestra primera comida en el Celler, se me ocurrió preguntar al camarero por una sepia a la plancha que no pintaba mal, el escritor me miró con verdadero asco, supe así que además de otras muchas cosas, Cristobal Serra era pitagórico y, en su presencia, confraternizar con sepias y habas suponía un suicidio social, del que me salvé por los pelos.
En aquellas conversaciones, siempre ocupaban capítulo, su salud, nunca impecable - no estoy Xelest- , y el editor Basilio Baltasar, a quien le une un afecto familiar sometido a vaivenes bastante entretenidos de los que nos solía poner al tanto. Superados estos tópicos, su palabra fluía en libertad, en una ocasión, muy natural, nos contó sus experiencias con la escritura automática, durante largo tiempo había estado poseido por diferentes autores en distintos idiomas, e incluso había tenido que dejar de escribir porque los otros,ya no le permitían hacerlo con voz propia. Las raices judias de los vascos,que desmenuzaba cargado de razones, le divertían muchísimo, y si tocábamos, como solíamos, temas religiosos, podía entrar en el ámbito de su heterodoxo cristianismo que seguía un hilo místico desde el Apocalípsis hasta Catalina de Dulmen, San Juan de la Cruz y Blake , o bien derivar, hacia Lao Tse o Chuang Tzi , a quienes también había traducido. Hablaba con cercanía de Bloy, de Juan Larrea, de Octavio Paz, de Michaux, de Shakespeare, de Melville o de Edward Lear, entre muchísimos otros.
Guardo como prueba de su generosidad unos Analectos de Confucio forrados, por qué se yo quien y cuando, en tela de William Morris, el Hindu Manners, Customs and ceremonies,de Dubois and Duchamp, con cubiertas de cuero repujado, y un Bhagavad Gita publicado en el 76 por la editorial Dedalo de Buenos Aires, con traducción de Leonor Calvera, introducción de Aldoux Huxley y multitud de anotaciones y subrayados a lapiz del propio Serra. En esos libros, en los por él escritos, y en estas líneas mías, con cariño, gratitud y respeto, le recuerdo.

jueves, 20 de agosto de 2009

He metido la pata hasta el fondo

Pero hasta el fondo. Hace dos días dediqué mi entrada a Lalita, Lilla, Nuria y su arbusto de macasar. El agradecimiento y la historia eran completamente ciertos pero me confundió Linneo y esa obsesión Taxonómica que le caracteriza. Para añadir categoría científica a mis emociones me empeñé en buscar el nombre latino del arbusto y ahí la lié. Aduzco como excusa que nunca he visto un macasar en flor y que el retoño de mi propiedad es aún muy niño para darme sus claves.
En fín, que el macasar de la Alhambra, también llamado calicanto, no es un ylan ylan ni una cananga, ni siquiera procede de Indonesia, es un chimonanthus fragans y viene de la China y del Japón. Y ya que rectifico, detallo: Es un un arbusto caducifolio que puede llegar a medir entre dos y tres metros, sus hojas son escasas y separadas, florece en invierno, antes de que broten las hojas, de ahí su belleza, la flor en la rama desnuda, muy Eliot, mezcla los recuerdos con el deseo. Las flores, blancas y rosadas, son en efecto de dulce fragancia y se emplean en la confección de perfumes y concretamente en el llamado aceite de Macassar que utilizaba indistintamente Ylanylanes o Calicantos. La historia sentimental de Granada va ligada a esta planta cuyo aroma es un clásico en la lírica local. Como su propagación es complicadísima, actualmente el arbusto es raro de ver y solo se encuentra en la Alhambra y en algunos exquisitos cármenes. Torpe pero agradecida, concluyo como concluía: Gracias, Lalita, Lilla, Nuria, estais llenas de gracia, muchas gracias.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Goethe y yo

Jesús se ha ido esta mañana a Madrid en viaje de veinticuatro horas, Jony ha amanecido con fiebre y síntomas de gastroenteritis benigna. Yo he aprovechado las circunstancias para quedarme todo el día tumbadaza en la cama, leyendo sin parar y comirreando esporádicamente productos de la huerta en sucesivas bandejitas que me traigo.
El tiempo es oro, y lo he gastado en zamparme las "Memorias de mi niñez" de Goethe. Me ha sorprendido, no el estilo que es el suyo, magistral, preciso, rico y ordenado, sino el enfoque. Habla poco de sí mismo y mucho de su familia y de su tiempo. La Francia del XVIII la conozco medio bien pero este siglo de Alemania, en los años previos al romanticismo que con el propio autor comienza, era para mí en mi burrez, un tiempo antiguo en un lugar del norte, lo había archivado en solvente amalgama de piezas musicales y pensamientos filosóficos, no pensé en darle vida, ni traté de imaginar sus calles, gentes, cuadros, trajines, modos y modales, solo veía el reloj de Kant, los salones de Mozart, muchos luteranos, y alguna que otra peluca empolvada. Goethe hace un zoom vibrante y mete, real como la vida misma, el Frankfurt und Meine de su niñez en mi dormitorio de Pollensa.
Las memorias comienzan, como corresponde, con su nacimiento en 1749 y acaban en los fastos por la coronación del archiduque Jose II como Rey de Roma en 1764. Las escuelas públicas existían ya en el siglo de la Ilustración pero ninguna familia elegante pensaba que fueran una buena idea para sus hijos. Johann Wolfang Von Goethe, joven patricio alemán, se educó con su hermana Cornelia en casa bajo la guía de un padre responsable, con buenos maestros y siguiendo el ejemplo de sus abuelos . Aprendió música, dibujo, latin, griego, francés y hebreo, profundizó en los estudios bíblicos, escribía versos, relatos fantásticos y piezas teatrales, trataba a los artistas de su tiempo, visitaba los talleres de los artesanos, estaba informado de la historia de su pais, tomó partido entre franceses y prusianos, aprendió equitación y esgrima, y se enamoró por primera vez de una tal Gretchen . Todo esto, antes de cumplir los quince años. Lo que me inquieta es comprobar que él, aunque genio, no era raro, todos sus amigos compartían, en peor porque no eran Goethe, estas actividades, disfrutaban con ellas e incluso encontraban tiempo para irse de excursión, de parranda o de merienda. No quiero extenderme en lo obvio pero la Educación de hoy, como el capitalismo vigente, se ve que falla. Los niños pasan ocho horas al día en escuelas que no enseñan nada digno de ser recordado, y donde no tratan de alentar las aficiones y habilidades de cada cual, solo ven de homogeneizarles, se alejan en ellas de las peculiaridades y valores de sus familias, y se acostumbran a asociar el trabajo al horario escolar o a los cursillos a los que alocadamente les apuntamos, mientras que identifican el ocio, muy a menudo, con un poco dolce fare niente. Jony, desde su estado febril me hace la crítica social que toca, en el XVIII la educación estaba al alcance de muy pocos y hemos ganado el acceso masivo a ella. Claro, claro, pero debe haber una opción nueva que a nadie se le ha ocurrido, algo va mal cuando - leido en prensa, confirmado en fuente - en los colegios punteros de Madrid, donde le tocaría hoy ir a Goethe, el 98% de los alumnos quieren estudiar empresariales .

martes, 18 de agosto de 2009

Ylang - Ylang, Lalita, Lilla, Nuria

Hay en Indonesia un puerto llamado Macassar del que en el siglo XIX salían navíos cargados de la rica esencia de la flor del Ylang- Ylang que, mezclada con aceite de coco, expertos perfumistas convertían en el preciado Aceite de Macassar con el que los elegantes victorianos se impregnaban el pelo y manchaban los respaldos de los butacones de sus clubs. A España llegó también la moda de los hombres perfumados y aceitosos y , como en Inglaterra, se empezaron a tricotar pañitos antimacassar para protejer los damascos de los sillones.
Decía Linneo : Si ignoras el nombre de las cosas, desaparece también lo que sabes de ellas, así que los botánicos europeos bautizaron cananga odorata al arbusto del ylang ylang, para no olvidar que el aroma de sus flores cremosas es raramente fragante, más potente que el del jazmín, el azahar o el neroli, embriagador como el del stephanotis, permanente como el del heliotropo, sutil como la fragancia de la rosa de Alejandría.
Los hombres ya no son los de entonces y los aceites se han vuelto muy complejos pero el ylang ylang sigue floreciendo en Oriente y también en algunos pocos paraisos europeos como son los jardines de la Alhambra en los que un viajero holandés plantó el primer arbusto hace más de doscientos años porque sabía que sería la guinda perfumada que esperaban las noches de Granada .
Lalita Moreu vivía en la Alhambra y cuidaba un arbusto de Ylang Ylang, al que llamaba Macassar, en su jardín. Cuando penosas circunstancias le obligaron a dejar para siempre su casa, ni muebles, ni objetos quiso llevarse con ella, ¿qué consuelo queda cuando te obligan a dejar la Alhambra? . La última tarde, casi oscurecido, tuvo una iluminación, cogió su pala, desenterró el arbusto de Macassar y lo plantó en una gran maceta, esa sería toda su mudanza. Vivió desde entonces en Malaga y su vida siguió siendo hermosa, sin nostalgia y perfumada. Cuando muchos años más tarde, la edad - y el amor que todos le tienen - la convenció para dejar de nuevo su casa e irse a vivir itinerante con su familia dispersa , el Macassar seguía en el jardín y fue esta vez su hija, Lilla Moreno, quien cogió la pala, lo volvió a desenterrar una tarde, casi oscurecido, y en una gran maceta lo llevó a su casa de Madrid donde plantaron el Macassar al sol, en buena tierra ácida y protegido de los vientos.
Durante mucho tiempo, el Ylang Ylang no tuvo descendencia, era ejemplar mimado y único, plantaban semillas o hacían esquejes, nada daba fruto. Pero hace un año, agarraron los brotes, germinaron las semillas , proliferaron los perfumes.
Nuria Mora es hija de Lilla Moreno y es más que amiga mía, cuando hace unos días llegó a Can Dionis, traía un engorroso paquete de magnífico regalo, era una maceta de Ylang Ylang, un hijo del Macassar para nuestro jardín, venía también con un puñado de vainas para que probemos suerte en semilleros .
Tres mujeres fuertes nos han regalado La Alhambra con sus aromas y nos han incorporado a su cadena de amor fragante . Solo podemos decirles gracias. Lalita, Lilla, Nuria, estais llenas de gracia, muchas gracias.


lunes, 17 de agosto de 2009

De Lluch a peu

Desde Lluch hasta la Vall de'n March, cruzamos la montaña por el camí vell que seguían los peregrinos. La mole familiar del puig Tomir a nuestra derecha, la possessio de muntanya a la izquierda, nuestro valle de frente, y luego el mar. Pero los caminos no son sus alrededores ni sus destinos, antes de llegar,tuvimos que atravesar el bosque.
En el bosque, la luz natural deja de serlo, es un resplandor tenue hecho de sombras, llega en rasante para atravesar los árboles, se mueve como una alimaña sobre el suelo cobrizo, huye de las madrigueras y pule las aristas de las rocas.
La luz del bosque es siempre de crepúsculo, la oscuridad llega sin avisar, en un instante, y todo lo confunde, todo lo envuelve, se convierte en crujidos y susurros, desprende piedras, desgaja ramas, es diez veces, cien veces, más profunda que en el valle.
Y cuando vamos, como niños perdidos y cautos por lo oscuro, el bosque se engalana de humedad, de memoria y de misterio, suplica que durmamos con él, nos asusta y al tiempo nos retiene.
El bosque, este bosque, es poco de fiar, siempre ha sido un amante mentiroso que a todos dice : Hasta que tu viniste, nadie en mí estuvo .

domingo, 16 de agosto de 2009

Nos fuimos cuando anochecía

Otra tarde antigua en Son real, otro refugio, nuevos amigos y otros caracoles. Hasta son distintos los plásticos que los barcos tiran insensatos y la marea lleva hasta la arena , el sol y la dura batalla consiguen embellecerlos, confundo una tapa transparente con una concha del nacar más puro. Han florecido praderas de azucenas blancas en las dunas, se han abierto pequeñas flores violetas en esos brezos raros y resecos que retan al mar. El hinojo marino se ha hecho adulto en un mes, huele a regaliz y se pavonea , ni crasa ni alga , de su raro estatus entre las pozas de sal, en las rocas que se adentran afiladas en el mar.
Los madroños de este lugar tienen ya su fruto a punto de madurar , y los mirtos están colmados de bayas rojas, el junípero se extiende agarrado a la movediza arena y los cardos se mezclan con los pinos jovenes y las viejas encinas. Hay cerdos negros, cormoranes y gaviotas. Cuando empieza a ponerse el sol , las montañas se convierten en siluetas de papel transparente y todos nos transformamos en otros, más felices y más hermosos, y casi quiero llorar por la nostalgia de este momento que sentiré cuando esté lejos , cuando ni siquiera los atardeceres puedan ya iluminar mis ojos .

sábado, 15 de agosto de 2009

Papel mojado

Dinero secado al sol no es lo mismo que dinero blanqueado en la sombra.

viernes, 14 de agosto de 2009

Remitido

Amaneció humedo y nublado, con una atmósfera opresiva, pegajosa, todo me hablaba de trópicos y manglares. Todavía en camisón y despeinada me acerqué a la guarida de Esmeraldo, pensé que estaría contento con el clima y en su salsa.¿De qué selva habrá venido mi serpiente? ¿Qué sensaciones almacenará en su memoria?. Le llevé unas costillas de cordero fresquitas para desayunar pero las rechazó, nadie como las serpientes para hacer notar su voluntad de indiferencia, ha ignorado también los higaditos de pollo, pasaba algo. Después de la ducha he vuelto a visitarle, le encontré saliendo de un baño en su estanque, como parece que compartimos ritmos, decidí tomarme los cereales con leche a su lado, para ver si le animaba pero inútil, la comida sin tocar. Estaba raro, deambulaba lentamente por los bordes del terrarium, pausado, como perdido en reflexiones. Al rato, se deslizó parsimonioso por el tronco hueco del algarrobo que he instalado para su disfrute, y allí le dejé porque tenía que hacer unos recados, sin un gesto de adiós ni un hasta luego. Caricias, palabras, voy sintiendo por intuición que estos lenguajes les resultan impropios, zafios, a las serpientes, casi obscenos.
A mi vuelta , colgaba pendular de su percha, adormilado, la comida intacta, este clima tan parecido al tropical no parecía sentarle bien, le percibía extraño, quizás seriamente enfermo y yo sin darme cuenta, me sentía culpable, llamé a Jordi y saltó su contestador, llamé a Jose Manuel y me dijo que no podía atenderme porque estaba ayudando a parir a una yegua. Me preparé un almuerzo sencillo, tortilla francesa con ensalada y melón de postre. Tomé una decisión de emergencia, toda relación, aunque sea con un ofidio, requiere un grado de compromiso. Con dificultad, instalé a Esmeraldo en una carretilla y le llevé a mi cuarto, con esfuerzo le subí a la cama, me tumbé junto a él y pasé mi brazo por su inexistente cintura como ya es costumbre en nosotros, quizás necesitaba sentirse querido, el calor quieto, espeso y humedo podría haber despertado en él antiguas nostalgias.
Me sentía en paz, la serpiente transmitía una atmósfera de sueño, debí dormirme un rato, no se qué me despertó, quizás un silencio excesivo, abrí los ojos y ocurrió, la cabeza triangular de la pitón estaba apoyada en la almohada, sus ojos, a diez centímetros de los míos, me miraban fijamente, ya se que no pueden mirar de otra manera pero sentí que decían algo importante, una queja, una petición, una llamada. Entonces ví su cuerpo y me estremecí, Esmeraldo parecía otro, en vez de reptar envolvente y sinuoso, comenzó a estirarse en paralelo a mí hasta quedar rígido como un palo, completamente recto, su cola pendía a los pies de la cama y sus ojos permanecían, ardientes, fijos en los míos. La escena hipnótica duró un minuto, quizás algo más, al poco,la serpiente se ablandó, apagó sus ojos y se acurrucó, anillo tras anillo, en mi hombro, parecía somnolienta y cariñosa.
El timbre del teléfono rompió aquel instante extramundano, era Jose Manuel, contento y cansado, tras un parto difícil había ayudado a nacer a un potro sano, la madre primeriza no había sufrido daño. No sabía qué decirle, cierto pudor inexplicable me aconsejaba no relatarle los hechos pero al fín y al cabo él respondía a una llamada mía. Recurrí al humor escéptico para desgranar mi relato que empezaba con la mañana desganada de la serpiente y terminaba en la cama hacía unos momentos.
Mis gracias narrativas chocaban con el auricular silencioso, mi punto y final se encadenó con la respuesta cargada de autoridad profesional de Jose Manuel que me dejó temblando. Deshazte inmediatamente de la serpiente, no pierdas el tiempo, no te confíes, no te quedes sola con élla en casa, el lenguaje de las pitones no es polisémico, si se estira junto a tí mirándote fijamente,es porque está midiéndote para ver si eres más pequeña que él, comprueba si puede o no tragarte. El proceso rara vez se da con humanos, es menos frecuente aún en una serpiente que ha crecido en cautividad, no suele ocurrir pero si ocurre es irreversible, no piensa en ti como su ama o su amiga, solo eres una pieza viva y está hambrienta.
Yo mido un metro 67 centímetros, Esmeraldo debe estar ya por los dos metros cincuenta, si la versión de Jose Manuel era cierta, los números jugaban en mi contra. La familia pasaba el día en la playa, Margarita, la cocinera, no había venido hoy porque tuvo que acompañar a su marido, Santi, al médico. Estaba sola en casa , con una pitón joven pero enorme que hasta hacía unos minutos creía amistosa, sabia y mía. Aunque inverosimil, la situación me pareció desesperada. Salí corriendo del cuarto y cerré la puerta, llamé a los bomberos: Tengo una pitón en mi dormitorio, estoy aterrorizada, les resumí para evitar explicaciones vanas que conducirían a peligrosas demoras. Me dijeron que vendrían a por él en pocos minutos, estoy esperándoles, ya ha pasado media hora, estarán al llegar.
Oigo ruidos, ¡por Dios!,la ventana del dormitorio estaba entornada y la serpiente ha debido entrar desde el jardín a la cocina, está en la puerta del salón, ya no repta, viene semierguida , avanza en zigzag y hace un ruido metálico con su boca entreabierta, no retira un instante su mirada de mí. voy a intentar alcanzar el balcón y saltar al patio, no quiero darle la espalda, quizás también pueda esquivarla y llegar hasta la puerta del cuarto de baño, la serpiente acelera, no pensé que podía ser tan rápida, me ha arrinconado, está ya a mi lado, intentaré quedarme quieta.

jueves, 13 de agosto de 2009

Una vida en común

La cosa se va normalizando, Esmeraldo está comodamente instalado en el lavadero, donde le hemos construido un terrarium amplio con arena, musgo y cortezas de pino, tiene de todo, recovecos ,tunel, tejadillos, y hasta un estanque con diez centímetros de agua. El viscoso asunto de la comida no está del todo resuelto, Jordi le ve cara de hambre, yo creo que es de poco comer, lo que no pienso es cambiar mis ideas al respecto. De momento, parece que le gusta el cordero, tanto cabeza como costillar, tolera los pollos y desprecia albóndigas y vísceras variadas. Jordi insiste en que necesitamos presas vivas o los dichosos ratones congelados. A pesar de su dieta frugal, le veo de buen humor, ayer por la noche le saqué para que se familiarizara con la casa y estuvo un rato conmigo viendo la televisión en el sofá, se me enroscó en una pierna y yo enrosqué mi brazo en él . El gesto habitual de la caricia no resulta natural cuando tratamos a serpientes, la relación afectiva entre Esmeraldo y yo es inusual, completamente nueva, desestabilizadora. Cuando queremos a perros, caballos o gatos, nuestro amor les humaniza, con las serpientes empiezo a pensar que sucede lo contrario, esto debe tener algo que ver con la teoría de Spencer .

miércoles, 12 de agosto de 2009

I'm your man

Honesto y natural, tranquilo y distante, seguro y humilde, escéptico y budista, sin bromas al público ni palabritas en español macarrónico, con respeto a los músicos espléndidos que le acompañan y en complicidad constante con ellos. El concierto distinto de un señor que no hace concesiones y huye del énfasis . Mr. cohen habla un inglés antiguo y literario, es educado y gentil, es elegante, viste terno negro de seda, camisa de algodón lácio en crema grisáceo y corbatita country de cuero negro y estrella - o doble corazón- de plata , la misma estrella, de David o de romance eterno, que se proyectaba en el fondo del escenario. Mr. Cohen se quita el sombrero después de cada canción y da las gracias a la oriental, inclinando la cabeza y juntando las manos bajo su barbilla prominente. Lenny abandona el escenario con saltitos de saltamontes .
Y las canciones, las de siempre,como siempre frescas, íntimas y balsámicas. A veces recita, a veces rasguea con desgana la guitarra, o escucha a las sublime Web sisters y toca el teclado con un dedo . Su mirada es cansada, su sonrisa inteligente. El pelo corto y blanco le clarea por la coronilla, va a cumplir 75 años y no lo oculta pero a nadie le importa. Él es Leonard Cohen

martes, 11 de agosto de 2009

Memoria y preludio

Ya le conocía de oidas, y me enamoré de él por persona interpuesta . Era mi primer verano en Cambridge, yo tenía quince años. Un chico de Valencia, recuerdo su voz, su nariz y su mirada pero olvidé su nombre, tocaba la guitarra y cantaba Suzanne, una y otra vez, sentado en el cesped del Girton College. Yo estaba en mi habitación, asustada, sufría la primera de mis muchas migrañas, no podía soportar la luz ni sonido alguno, entre nauseas, vómitos y miedo, el dolor latía rítimico e implacable en mi cabeza, cada paso que resonaba en el suelo del corredor, cada risa, cada tintinear lejano de platos en el refectorio, le enfurecía y le hacía inflamarse más aún y revolverse palpitante para clavar sus dientes en mis sesos, mi cabeza cubierta de hielo, era una olla a presión sin espita, si abría los ojos, me hería el dardo de una realidad nueva manchada por lunares de sombra, cuando los cerraba, fuegos artificiales estallaban en silencio bajo mis párpados. La ventana de mi cuarto daba al jardín que daba al rio Cam y a la voz íntima de aquel chico que tan bien imitaba a Leonard Cohen . Y Suzanne no era un sonido sino un bálsamo envolvente que hechizaba al dolor y me acunaba. Las caricias de Cohen, in my painful body with his mind, consiguieron dormirme, y desperté en un día nuevo, en eufórica paz, con la cabeza más ligera y lúcida que nunca.
Fue entonces cuando supe que me había enamorado para siempre de un señor canadiense judío, más bien bajito, mujeriego y mucho mayor que yo, un poeta que cantaba en susurros, hablaba poco y bebía bastante.

lunes, 10 de agosto de 2009

La boa se complica

Tenía que haber dicho que no al sueño de la boa constrictor pero me pilló en un mal momento, tengo como norma no tomar decisiones antes del mediodía, incumplí norma tan sábia, y aquí me veo, volviendo del veterinario con mi boa en el maletero . Y lo peor es que ni siquiera es una boa, dice Jose Manuel, - el veterinario y yo nos conocemos hace tiempo- que me han regalado una Pitón Real , no te fastidia, también le llaman la pitón danzarina porque cuando se asusta suele bailotear empináda y frenética , cualquiera se enfrenta a eso, puede alcanzar los nueve metros, ¿Cómo voy a moverla?. Es un macho y no ha cumplido los dos años , se ve que hasta los cuatro o cinco no son adultos del todo, al menos no están maduros sexualmente - así es como se expresa mi veterinario - . Dice que pueden vivir hasta los cuarenta, así que Esmeralda, o Esmeraldo, puede incluso sobrevivirme , abrirán mi testamento y allá estará ella, la falsa boa en herencia envenenada - aunque no venenosa -a mis nietos...y mientras tanto, me toca instalarla y alimentarla adecuadamente. Que no cuenten conmigo para conseguirle ratones ni pollitos vivos. El amigo de Adolfo -Jordi de ahora en adelante - me dijo que en tiendas especializadas en serpientes, como la suya, venden ratas congeladas y otras atrocidades, pero tampoco me veo en esa rutina diaria de descongelar roedores. Creo que voy a experimentar con albondigas gordas , costillitas de cordero y pollos de supermercado, me saldrá más caro, pero no creo que pueda pasar nada grave . Y Adolfo, veraneando en Comillas.

domingo, 9 de agosto de 2009

Gracias Malibrán

Una nunca sabe cómo hacerse la interesante. El martes pasado conocí a Adolfo, un tipo atractivo, alrededor de los cuarenta, coleta oscura, pulseras étnicas, ha vivido siete años en Brasil. Es de Murcia pero se instaló en Bahia mientras acababa la tesis sobre Candomblé que le dirigían en la School of Oriental and African Studies de Londres – de hecho, fue un amigo inglés quien nos presentó -. Una vez terminada y publicada con honores dicha tesis, le contrataron en la universidad como experto en cultura afroamericana, y pensó que ya nunca volvería a España. Pero los amores son traidores, una joven estudiante de Sao Paulo le envolvió en una peligrosa red de pasión salvaje y oscuros hechizos – tal cual - que le hicieron poner en duda las cautas conclusiones a las que había llegado en sus estudios y, definitivamente, echaron al traste su carrera académica. Como casi nadie puede volver a Murcia, él volvió a Madrid y ha montado una agencia de Viajes exóticos personalizados en la calle Orellana .
A mí, el tipo me epató, para estar a su altura, fui transformando mi vida confortable en una espiral de eventos libres y fascinantes; Ya metida en carácter, le conté lo mucho que me gustan los reptiles, esos grandes incomprendidos, siempre he soñado con tener una boa constrictor en casa, decía yo y viendo sus ojos atentos, continuaba, imparable : Los estudios del Dr. Spencer en Columbia, - no se si leiste el artículo que el año pasado publicaron en Science in America -, demostraron que el trato diario con reptiles ayuda a desarrollar las capas más profundas de nuestra afectividad, activando los vinculos neuronales entre la sexualidad y las emociones primarias. Esto dije, más ancha que larga, porque una es muy limitada y nunca sabe cómo hacerse la interesante.
Adolfo es un hombre con recursos y con un amigo que tiene un terrarium. Al día siguiente llamaron a la puerta y allí estaba, el amigo de Adolfo, dos paquetes de pienso y una boa constrictor a la que llamaban Esmeralda, todo mío, gran regalo, ”Para la mujer que ha sabido cumplir todos sus sueños menos uno”, decía la tarjeta. Cualquiera rechaza un sueño.

sábado, 8 de agosto de 2009

Allí estaba yo

Hace muchísimos años, Jose Miguel Ullán escribió para El País, "Sin aire el gorrión se muere", excelente crónica, como todas las suyas, de un concierto de Raphael. Del niño de Linares travestido en marqués, se han dicho desde entonces muchas cosas. Por la izquierda y por la derecha, por delante y por detrás, a Raphael le han, hemos, mirado y comentado desde cualquier ángulo. Cuando nos invitaron a escucharle en Palma, pensé que sería apoteósico, divertido y pintoresco - lo fue- y me veía escribiendo agudezas al respecto. Pero la realidad es que no se me ocurre nada nuevo: Bestia escénica, Kitsch, cursilería, Ego, Ego, egocentrismo, perfección técnica, voz, personalidad, falta de swing, fuerza, Ego, Ego, Egolatría, vocación, poderío, anomalía ... todo está ya dicho, y yo no tengo talento para pergeñar sobre Raphael una frase inédita que reluzca en la noche como una daga de Toledo por estrenar, así que me callo y aquí me quedo, estuve allí, disfruté, y voceé "Como yo te amo" a todo pulmón.

viernes, 7 de agosto de 2009

Atrapada en Juan Ramón


Cuando pienso en él,
le veo
picajoso y mandón,
mezquino y chinchorrero.
Pero cuando le leo,
¡ay!
cuando le leo,
sólo puedo pensarle Juan Ramón.
"Los sueños me aprisionan como telarañas en flor. Y tengo que librarme de ellas porque de otro modo diariamente enloquecería de matices." J.R.Jimenez

jueves, 6 de agosto de 2009

Luna llena de Agosto

Hace unos días Citaba a G. B. Shaw en inglés, ahora traduzco- siempre, de una manera u otra, hay que traducir lo que de Dios trata- : "El mejor lugar para buscar a Dios es un jardín, allí puedes cavar hacia él" ,"¡Aquí, justo aquí!", añadía Manolo Valencia. Y cantaba Nick Cave: "Dios está en la casa". Sigo en el mismo jardín, por Dios iluminado, cuando llega esta luna llena, y recuerdo, casi escucho de sus labios isabelinos, La noche ,un poema del metafísico inglés ,Henry Vaughan :

"Hay en Dios (según algunos)
una oscuridad profunda y deslumbrante; Mientras que aquí,
los hombres dicen, es tarde y está oscuro,
porque no lo ven del todo claro;
¡Oh, qué noche sería!
cuando yo, en Él, pudiera vivir invisible y ténue".

Y paso ahora al original :

"There is in God (Some say )
A deep, but dazling darkness; As men here
say it is late and dusky, because they
see not all clear ;
O for that night! where I in Him.might live invisible and dim"

miércoles, 5 de agosto de 2009

Excursión a Inca

Inca es una ciudad prospera y menestrala. Inca es una señora de mediana edad, con mediana fortuna, mediana familia, menos que mediana belleza y razonablemente casada, que come lo que le viene en gana, lleva zapatos de mediano tacón y no se molesta en afeitarse el bigote. Para nosotros- incluyo familiares y amigos -, tan literarios, camperos, estetas y huertanos, la excursión a Inca es un clásico del verano. Tras aparcar cerca de la Iglesia, nos entregamos al callejeo ritual con paradas estelares, ¡Oh, el comercio de Inca!. Empezamos la ruta con un recuerdo a aquella mítica ferretería de la plaza Mayor, hoy reconvertida en galería de arte mediocre, en la que yo siempre hablaba de mi padre - ferretero frustrado- y Blanca Andreu de Don Juan Benet y su inspiradora frase : "No hay ferretero maricón". Superamos la nostalgia porque el supermercado Muller nos arroba, todo está en alemán, y eso, bajo el calor mesetario de Inca es muy impresionante, además de cremas naturales con diseños irresistibles, toallitas faciales de efectos mágicos, y tes francamente muy complicados, venden CDs bizarros -estoy muy afrancesada- quitamanchas eróticos, pastelillos impropios y huevos kinder con sorpresas todavía inéditas en España, todo a muy buen precio. Cruzamos a la otra acera para entrar en la tienda de telas toute la vie que ultimamente vira en exceso hacia el poliester. Este es el inevitable diálogo :
Yo.- ¿tienen tela de vichy amarilla?
Honrado dependiente.- sí, son aquellos rollos.
Yo.- ¿de algodón?
Honrado dependiente .- Al Cincuenta por ciento.
Yo.- bufo, me lamento y me marcho sin comprar, con un aire - en mis posibles- elegante, ecológico y ofendido.
Así se reproduce la escena año tras año, no se cómo no han puesto ya un cartel impidiéndome la entrada.
Un poco más allá, esquina a la plaza mayor con su kiosko de la música, está el café Mercantil , muy bien conservado en un decó tardío que roza el racionalismo soso. Mientras los mayores toman un horchata en la terraza, los niños - entre los que solapadamente me incluyo - compran fuegos artificiales y petardos chinos en una tienda gloriosa llamada Carnaval. Armados hasta los dientes, volvemos al Mercantil para enfilar desde allí la calle Balanguera, en busca del histórico horno de Can Guixe donde hacen unas cocas dulces de patata con sobrasada que tiembla el misterio, hojaldres finísimos de albaricoque que tiritan en la boca, y cuartos de merengue que saben a cita romántica.

Pero Can Guixe es sobre todo la patria de las galletitas de Inca, las Quelis, presentes en cada cocina de Mallorca. En 1853 comenzaron a hornearse en esta casa como respuesta a las necesidades de avituallamiento de los navíos en sus largas travesías oceánicas. Los Doménech, ya entonces, como ahora propietarios de Can Guixe, idearon, con trigo, poca sal y aceite ,estas “galletas duras de barco”, inspiradas en las “sea biscuits” inglesas. Y Con tantas creces superaron al modelo original, que llegaron a ser por algún tiempo, proveedores de galletas de la Northern ship company de Porsmouth que con las Quelis - algunos marineros y arenques ahumados, supongo - reinaba en el Atlantico a finales del siglo XIX.

Yo fui librera, creo que fui una buena librera, durante un corto tiempo, no era aquel mi destino. Admiro a los que sin mayor ambición de oropel o gloria, sin miedo a la rutina, conscientes de que jamás se harán ricos ni famosos, suben cada día el cierre de un pequeño local colmado de libros, albaranes y polvo, para pensar con criterio y honestidad en sus pedidos, y planificar con imaginación y seso sus anaqueles. Admiro a los que no se dejan asustar por las grandes superficies ni caen en la tentacion de los best sellers o la, más viscosa, de los jugosos libros de adorno; a los que con cultura y humor construyen una oferta personal y atractiva , a los libreros antiguos que leen a destajo en los tiempos muertos y siguen entusiasmándose con sus lecturas, a los que,saben reconocer y aconsejar, complices, al otro hermano lector que es el cliente.

Paula Valriu abrió la librería Espirafocs en la calle Bisbe Llompart de Inca, camino de la estación, hace veinticinco años, y allí continua en un ejercicio de idealismo, superación y estilo. No encuentro en Madrid una librería que me guste tanto como esta pequeña de Inca en la que también venden las neulas, obleas blancas de papel recortado a mano en caprichosas formas con las que se adornan en Navidad las iglesias de la Isla y las ventanas de nuestra casa. Hoy he salido de Espirafocs con los Viajes y Sueños de Juan Ramón, Pobre Richard de Henry James, La habitación de la torre de Benson, Muerte en Estambul de Petros Markaris, y Los grandes cementerios bajo la luna de Bernanos. He salido contenta.

Y "Esto es todo amigos", que no es poco, callejeo, nostalgia, calor, potingues alemanes, horchata de chufa, bandeja de dulces, risas, pirotecnia y libros han sido los frutos de esta, nuestra excursión a Inca del verano.

martes, 4 de agosto de 2009

Cita aliñada

Me dice mi amigo K.Txu.Li que lo de transcribir citas a palo seco resulta un poco cargante , por pedante, o porque puede parecer que manejo un diccionario de frases notables. Mi intención era otra, nacida de la pura humildad, cuando hay gente que dice las cosas tan bien , para qué añadir explicaciones supérfluas, o bobadas propias, me decía yo. Pero acato de momento a K.T.L. y me permito aliñar a Cezanne. En mi vida privada paso muchas horas en torno a este pintor, a la sazón la niña de mis ojos. Todos los días miro alguna de sus obras y escribo algo al respecto; muy frecuentemente leo, subrayo, acoto ideas de los libros, no muy numerosos que sobre él se han escrito. Dos son entre ellos mis favoritos, el Cezanne: un estudio de su evolución (1927) del agudísimo crítico Bloomsburiano Roger Fry, y, Cezanne, lo que ví y lo que me dijo (1921) de Joachim Gasquet, poeta y amigo personal del artista.El primero es muy recomendable pero el segundo es imprescindible.
Y hecha la introducción/aliño, paso a la cita que tan oportuna me pareció esta mañana durante mi paseo por la Sierra de la Tramontana ,y procede de la página 161 del libro de Gasquet.

"Los grandes paises clásicos, tal como los imagino, son aquellos en que la claridad se espiritualiza, en que un paisaje es una sonrisa flotando de inteligencia aguda...la delicadeza de nuestra atmósfera se debe a la delicadeza de nuestro espíritu ". P.Cezanne

lunes, 3 de agosto de 2009

El nombre de Dios tintinea en el jardín.

En una tira de papel japonés, Manolo V. ha pintado flores de borgoña y una frase de Bernard Shaw : "The best place you can seek God is in a garden. You can dig for him there". Y Manolo, de su coleto añade: "Here, just here". Con hilo fino, a la japonesa, he unido el papel al badajo de una campanilla de bronce, colgada desde hace años de este pequeño arco de las madreselvas, que tanto nos gusta porque obliga a bajar, con humildad, la cabeza cuando entramos en casa. Y ya repica. God is in the house.

domingo, 2 de agosto de 2009

Abuso de la cursiva, tiemblo ante las comillas

Tono me envía cinco regalos :
1.- Pieza de arte en soporte servilleta de papel con el texto : ¿Puede la cultura ofrecer algo mejor que la risa ?. Esto es un encuentro .
2.- Un ejemplar de Asombrados, el librillo, muy cuidado, con camisa papel cebolla que han publicado para recoger las cuatro intervenciones artístico/existenciales en el espacio Dentro Fuera entre Octubre y diciembre de 2008. El proyecto Dentro Fuera se ubicó en una casa de acogida para gente sin hogar en el barrio de Carabanchel. Durante unos meses, artistas y residentes presentaron propuestas en los que unos contaban siempre con los otros. Un espacio temporal de relación en clave Fillou : El arte es lo que hace que la vida sea más interesante que el arte.
3.- El número Julio- Agosto de Calle 20 ."La revista de la nueva cultura". Bajo el título La revolución de los esquejes, dedican tres páginas al Guerrilla Gardening madrileño - nous mêmes -.
4.-Una foto de Emily Dickinson con su frase : Lo más asombroso de un espectáculo son los propios espectadores. Muy Emily, muy Tono, muy Debord.
5.- El libro En casa con Jamie del todavía joven y sobradamente famoso cocinero inglés Jamie Oliver. Consejos de cultivo y recetas ingeniosas para los productos del huerto, útil respuesta a mi frenética actividad jardinero/hortelana. Lo tengo en estos momentos abierto en mi regazo, para mañana caen los Muslos de polo crujientes y glaseados con patatas nuevas aplastadas y tomates.

sábado, 1 de agosto de 2009

Cinco kilómetros en la oscuridad sin linterna

Un mochuelo, grillos, dos gatos al acecho, una liebre joven corre despavorida, dos perros de compañía, la luna muy creciente, nubes de Friedrich, luz, irreal, de Becquer, también, por el aroma, un cercado de cabras. Cuatro amigas pasean de madrugada en la noche sonora por el campo mediterraneo de verano, no existe el peligro, ni el pasado, ni el miedo, ladridos, voces, la brisa, pasos acompasados, una sandalía chirriante marca, boca chancla, el ritmo.